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LO QUE PIENSO Y LO QUE CREO

¿De cuando aca?

Los que nacimos en la medianía del siglo pasado (Que elegantemente lo dije), conocimos un México en el que, en cuestiones de mercado había muy pocas opciones y en algunos caso sólo una, de tal forma que teníamos que consumir lo que había y al precio que se nos ofrecía. No teníamos opción. Los afortunados que tenían los recursos para ir frecuentemente “al otro lado”, encontraban múltiples opciones de un mismo artículo y a diferentes precios y calidades. Los jodidos, encargábamos a la fayuquera el pantalón que queríamos, le dábamos la talla, la marca y el color y nos lo traían tal cual; si querías zapatos, pintabas el pie en una hoja de papel y la fayuquera te los traía. Doña Fidela fue una fayuquera muy famosa en mi pueblo entre finales de los 40s hasta principios de los 70s.

Cada semana iba y venia a Nogales, Arizona y te traía lo que le encargabas y te lo entregaba en tu casa. Nunca fallaba, nunca se equivocaba, siempre obtenía una sonrisa y la satisfacción del cliente. Era la Amazon de nuestros tiempos. Era la DHL, la Best Buy del siglo pasado. Pero con cara y cuerpo. No era del pueblo, pero todo el pueblo la conocía, si llegaba a la hora de comida, la invitabas a comer y se sentaba a la mesa. Tenía una plática muy sabrosa y una risa contagiosa. Me encantaba escucharla platicar de un mundo para mi desconocido pero que me lo imaginaba muy bonito: “El otro lado”, Nogales, Estados Unidos. Un mundo que me sonaba mágico porque al parecer había de todo y todo muy bonito y todo muy chingón. Y unos dulces y paletas sabrosísimos. Doña Fidela debe haber vestido y calzado con ropa “americana” a una buena parte del pueblo durante muchos años. Por lo mismo, porque en México y mucho menos en nuestros pueblos, no había opciones, y lo que había era muy caro, tanto que te convenía más encargarlo de fayuca y pagar por ello. La Fayuquera ganaba, el aduanal que la dejaba pasar, ganaba, el de la tienda ganaba y el cliente también ganaba porque obtenía lo que quería a un precio “justo”.

Hubo un tiempo en México que hasta las estufas de cocina de las casas eran producidas en una planta propiedad del Gobierno; el ferrocarril, el teléfono residencial eran del Gobierno; aceites y gasolinas ni se diga. Es más los pickups de los 60s marca AUTOMEX, eran producidos por el Gobierno. Y si le rascabas tantito encontrabas que  la sal de mesa, el azúcar, las tortillas, la harina de maíz, el acero, una marca de refrescos, aceite de cocina, zapatos, etc. las plantas eran propiedad del Gobierno de la república.  Eran los tiempos en que las empresas quebraban y el gobierno las “absorvía” para que no se perdieran los empleos. Hasta en la política: Parecía que había solo un partido y era propiedad del Gobierno, ¿Si lo recuerdas? ¿O ya se te olvidó?

Cuando en los 80s México ingresa al GATT se comienza a hablar muy tímidamente de la apertura de las fronteras y la liberalización de los mercados, se quitaron algunos aranceles a muy pocos productos y comenzamos a conocer otras opciones.

Ya después en los 90s, a partir del 94 con TLCAN los consumidores Mexicanos iniciamos una “borrachera” de consumo con productos americanos y canadienses. Y lo que sigue es ya historia conocida.

Hoy tenemos opciones, hoy podemos elegir, hoy los consumidores tenemos el poder de premiar o castigar un producto, una marca, un establecimiento comercial, simple y sencillamente eligiendo libremente si compras o no compras.

Se siente hermoso tener la LIBERTAD DE ELEGIR. Es uno de los derechos fundamentales del ser humano. Fuimos dotados del LIBRE ALBEDRÍO. Se nos dió, se nos regaló como algo inherente a nuestro ser. Viene con el “paquete”, ya lo traes al nacer, nadie te lo pone después. Y obvio, al saber que lo tienes y  que es tuyo y sólo tuyo, pues quieres usarlo!!!

Muchos años, muchas décadas estuvimos clamando que nos ofrecieran mas opciones para poder elegir libremente a quién comprar, dónde comprar y a qué precio comprar. Prácticamente teníamos el PODER DE DECISIÓN, sin usar!!! Y cuando por fin pudimos usarlo, !!Lo hicimos, y nos encantó y lo seguimos haciendo!!! Y ya nadie nos lo quitará.

Por eso por eso, por eso, por eso… me da una pena y una tristeza enorme que hoy, en pleno siglo XXI, con un mundo cambiante, con una sociedad actuante, con avances tecnológícos a cada instante, existan instituciones y existan personas que dirigen esas instituciones, que como perfectos trogloditas (Por lo fuera de tiempo),  pretendan ELEGIR POR NOSOTROS. ¿Pretendan? Lo hacen con un descaro y una desfachatez digna de una película de Cantinflas. Me refiero a los partidos políticos y sus “dirigentes”.

Con qué derecho, quién les dijo, quién les autorizó a ELEGIR POR MI? Ni 200 años de militancia te dan a ti el derecho de elegir por mi, ni a mi me quita el derecho de decidir lo que yo crea y quiero, y no lo que tu creas y quieras que me convenga. Nunca la aceptación a pertenecer a un partido y aceptar sus reglas, estará sobre mi LIBRE ALBEDRIO. Si coincidimos que bueno para los dos, pero si no coincidimos, no debes, ni puedes coartar mi libertad.

¿Para eso queríamos más opciones? ¿Para al final decirme “ni voltees a verlas, no te convienen”, “no las escuches, no es lo que tu necesitas”? ¿Para eso queríamos apertura? ¿Para al final promover la cerrazon? ¿Para eso queríamos mas partidos? ¿Para eso queríamos independientes? ¿Para que al final quieras que me haga como que no existen? para eso queríamos una Ley que diera orden a los procesos electorales? para al final buscar todas las formas imaginables en que pueda “sacarle la vuelta” a la ley.

Y ¿Tu quien eres para “obligarme” a mi a aceptar todo eso? ¿Mi dirigente de partido? Ese es el problema: los dirigentes y los consejeros y las directivas de los partidos cren, sinceramente cren que deben decidir por uno, por ti, por mi.

¿De cuando aca? Dirían en mi pueblo.

No puede haber nada bueno, donde todos piensen igual.decide

4 replies on “¿De cuando aca?”

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