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PERSONAJES INOLVIDABLES

“…USTED SIGUE LIENCIADO…” Capitulos VII yVIII

“NECESITO QUE VENGA A LA OFICINA… SOLO”

Sentados en la oficina de Rafael, cuatro miembros del Consejo y yo comenzamos a definir qué hacer. Alguien dijo “hay que llamar a todos los comisariados, vamos a necesitar gente”, alguien más, “hay que organizar una búsqueda” otro dijo “No puede ser cierto esto, debe haber una razón, debe estar en otro lado Rafael, qué tal si se descompuso el carro y se fueron con alguien mas”. Eran como palabras de consuelo, como queriendo borrar una realidad que te golpeaba.

Todos salieron y fueron a sus casas, creo yo. Yo me quedé ahí, no recuerdo haber comido ese día. Como a las 4 de la tarde llegaron los Judiciales del Estado, alguien les había avisado ya del secuestro, pidieron hablar conmigo, nos encerramos en la oficina, mil preguntas, cómo era, cuáles eran sus costumbres, si no tenia alguna novia con la que podría estar, quién iba con él, si tenía enemigos, si había recibido amenazas, quién lo había amenazado, porqué, si andaba en tratos con narcos, si tenía enemigos entre los ejidatarios, si debía dinero, etc etc.

Respondí lo mejor que pude y se fueron.

Para las 6 de la tarde ya se había corrido la noticia y comenzaban a llegar ejidatarios de todos lados, ya afuera de las oficinas había más de 200, todos preguntando, todos queriendo saber qué hacer, cómo ayudar.

Afortunadamente, Miguel Encinas, Roberto Díaz, Pascual Avila y otros comenzaron a organizarlos. Se delineó un plan de búsqueda por toda la región desde Caborca a Santa Ana por el sur y hasta Sonoita y Peñasco por el norte, hasta el Desemboque y Puerto lobos por el poniente. Todos los caminos, todas las carreteras serían cubiertas. Carros y gente que quería participar sobraba.

Con un plano en la mesa se acordó mandar una partida de cuatro autos con cinco gentes cada uno que iban a recorrer la carretera Caborca – Santa Ana parándose cada tres kilómetros a buscar a  la orilla de la carretera hasta unos 20 ò 30 metros. ¿A buscar que? Algo, algún carro, huellas, indicios…cuerpos. Preguntar en los ranchos, en las casas. Se acordó que lo mismo se haría en todos los caminos de ida y vuelta por ambos lados: Carretera a Peñasco, carretera a Sonoita, camino al Arenoso, camino a Lobos, carretera a Sáric, camino a Puerto Libertad, al Desemboque.

Me consultaban, me pedían parecer y decía que si, adelante. La noche ya iba a caer pero eso no importaba iban preparados, tanques llenos, gasolina extra, lonche pa el camino y armas, todos iban armados.

Cuando vi las armas me asusté y aunque no estaba de acuerdo no lo dije. No me hubieran hecho caso. Armas de todo, revolver, escuadras, rifles, escopetas, 38, 45, 30-06, machetes, cuchillos y lo que tenían a mano.

Comenzaron a salir y ni se notó, se fueron más de 200 pero quedaron otros 500 que ya estaban afuera y querían hacer algo.

A veces había gritos de desesperación, de frustración, gritaban nombres diciendo “¡!!Chinga tu madre fulano de tal, nos la vas a pagar, cabrón te vamos a mataaaar!!!” Yo los oía y sólo pensaba en que cualquier cosa podía prender una chispa que llevara a algo peor. Dios guarde la hora una balacera aquí, pensaba.

Para las 10 de la noche comenzamos a mandar el mensaje que se fueran a dormir a sus casas, que regresaran mañana temprano, que ya no había más que hacer por hoy. En realidad queríamos desactivar el tumulto que comenzaba a enardecerse. Afuera estaban los judiciales y la policía Municipal y ya alguien les había gritado que qué hacían ahí buenos para nada.

Salieron los viejos, hablaron con ellos y afortunadamente se comenzaron a retirar. Quedaron unos 50 que se autonombraron de “seguridad y protección del edificio” y de los que estábamos adentro. Tampoco recuerdo haber cenado, debo de haberlo hecho.

Cada cierto tiempo se oía por el radio la voz de alguien que se reportaba: “fulano de tal, desde el kilómetro tal, camino a X… sin novedad” Y así prácticamente toda la noche.

No fui a dormir a mi casa. Me mantuve con café toda la noche. Y ahí estuvieron la mayoría de los empleados. Nadie quería irse.

Nos amaneció el 27 de julio. Rafael ya tenía en realidad dos días desaparecido. Nos habíamos dado cuenta ayer, pero desde antier estaba desaparecido en realidad. Fui a la casa a bañarme y desayunar, con el ánimo por los suelos. Fue la primera preocupación que le dí a mi esposa, recién casados. En 35 años han venido muchas más y las ha aguantado a pié firme. Pero esa a sus 19 años fue la primera y mas grave creo yo. Los periódicos traían la noticia en primera plana, toda la familia me hacía preguntas que no podía responder.

Llegué a la oficina de regreso y ya había una multitud de nuevo. Ya habían regresado casi todas las partidas de búsqueda y no había novedad de ningún tipo.

Me encerré a contestar llamadas que comenzaron a llegar de todo el país: funcionarios estatales, diputados locales, diputados federales, senadores, funcionarios de gabinete nacional, autoridades, amigos y un etcétera enorme. Todos ofrecían apoyo, lo que se necesitara. Yo respondí a muchas y los del Consejo a otras tantas.

Habló el gobernador diciendo que mandaría un grupo especial de la Judicial del Estado para la investigación y que se haría todo, todo lo que estuviera a su alcance. Que ya había solicitado apoyo a la PGR y que estaba en camino un grupo especializado en secuestros. Llegando me buscarían.

El hermano de Rafael, Félix, ya estaba ahí. Ya habían mandado por la esposa y la familia a Obregón, ya venían en camino.

Organizamos una búsqueda ahora por aire utilizando los dos aviones de la Unión y otros dos privados. De nuevo se peinó toda la zona, los caminos, los ranchos, las cañadas, los ríos los arroyos.

Los policías entraban y salían. Ya habían trasladado el carro de Santa Aana a Caborca y ya habían tomado huellas. Se había levantado el pickup que estaba estacionado en el callejón de la Volkswagen y de donde uno de los secuestradores sacó algo. Yo no quise decir nada, pero un día antes me les había adelantado. En el espacio entre que nos avisaban del carro en Santa Ana y esperábamos, me fui con otro compañero hasta donde estaba el pickup, lo abrimos, abrimos la guantera y sacamos la tenencia, vimos el nombre y la volvimos a dejar.

No había nada más fuera de lo normal. El nombre lo tengo grabado y la dirección era de Hermosillo. Como calculamos, había sido reportado robado, asi es que no había mucho que hacer por ahí.

El resto del día me parece ahora a la distancia que se me hacía como una acordeón. A ratos me parecía que avanzaba el tiempo muy lento y a ratos me parecía muy rápido. Llegó el grupo especial de la judicial del Estado y de nuevo mil preguntas, pero ya no los atendí yo. No tenía ganas ni fuerzas. No había dormido el día anterior, casi no había comido, pero la adrenalina te mantiene de pié.

Salía a fumar y trataba de estar solo para pensar y poner en claro las cosas, pero no podía, inmediatamente me abordaba alguien. La prensa ya estaba encima, yo atendí en el día a varios, sin dar más información que la que se sabía públicamente, es decir: Pensábamos se trataba de un secuestro, no sabíamos ni el motivo ni quién podría haberlo cometido. Qué estábamos haciendo? Buscarlo con el apoyo de las autoridades.

De ahí no nos sacaron. Una noche antes nos habíamos puesto de acuerdo el consejo y los directivos de qué podíamos y qué no podíamos decir y quién de preferencia sería el vocero.

Me daba vueltas en la cabeza constantemente que yo podría haber estado también secuestrado. Si el Profesor no hubiera llegado ese día, si  el profesor no hubiera ido a ver a Rafael a su casa en la noche… de seguro hubiera sido yo.  Se me enchinaba el pellejo, los pelos se me ponían de punta cuando lo pensaba, me recorría el cuerpo un escalofrío de cabeza a piés.

Mi familia, estaba preocupada, me hablaban de San Luis mis papás, de Hermosillo mi hermano, de México otra hermana, y todos todos estaban preocupados por mi. Les respondía que estaba bien, pero que no podía comunicarme seguido, que yo lo haría cuando pudiera.

La gente seguía aglomerándose dentro y fuera de las oficinas, todos armados, a la vista de todo el mundo, no les importaba que las armas se vieran.  Temía en verdad que algo desatara la ira y no pudiéramos parar aquello. Alguien llegó y me dijo:

___Lic. Aquí le traigo esto, por favor para que se cuide.

Era una pistola 9 mm. La rechacé, no sabía ni cómo agarrarla.

___Tienes que cuidarte –insistió – tu mas que nadie. Pueden venir por ti Lic.

___Todo esta bien – respondía.

La verdad es que no tenía tiempo de pensar en ello. No quería darle hilo a esa posibilidad. Era real pero no quería verlo asi.

Decidimos dejar todo en manos de las autoridades y que ellos investigaran y siguieran pistas y recorridos y todo eso. Fue una manera de desactivar los ímpetus de la gente que estaba afuera. Les pedimos que dejaran todo a las autoridades, que no se interpusieran, que no estorbaran. Hubo protestas, pero lo aceptaron. Teníamos miedo que gente nuestra se encontrara con los Judiciales en el monte o en algún otro lugar y se confundieran ambas partes. Hubiera sido el acabose.

La oficina de Rafael se convirtió en el bunker en el que permanentemente entraban y salían los del Consejo y algunas otros de confianza. Yo los acompañaba casi todo el tiempo. Veíamos posibilidades, se analizaban los últimos días, de 15 días para atrás, qué había hecho Rafael, dónde había estado, con quién había tenido citas y reuniones; platicamos de la situación con nuestros socios de la ARIC, con los socios comerciales, etc. Se hacía alguna llamada para aclarar algún dato.

Todos teníamos nuestras sospechas, pero no las expresábamos públicamente. Si de repente nos quedábamos solos dos, o nos encontrábamos fuera dos a solas, compartíamos nuestras creencias y sospechas, lo platicábamos, sacábamos conclusiones.

Si de repente nos acordábamos de algún dato, fecha o reunión que considerábamos importante corríamos a compartirlo con los otros.

Con el correr de las horas, y aunque no quisiéramos, los datos y las evidencias nos fueron mostrando un perfil, una línea; se fue dibujando una situación a la que no había necesidad de ponerle nombre, porque nos fue resultando evidente.

Aún así no queríamos aceptarla. Nos negábamos a que fuera cierto. Nos parecía demasiado increíble.

El día 28 de julio fue igual anterior, ahí encerrados, platicando, esperando, respondiendo llamadas, del Gobernador, del Procurador, del Director de la Judicial, del Presidente Municipal, de Secretarios de Estado, de la prensa.

La prensa comenzaba a manejar línea política en el caso y la línea del narco que estaba asentado en Caborca. No dimos vuelo a ninguna de esas versiones. Las negamos una y otra vez, pero tampoco mencionamos la que nosotros creíamos más factible. Nunca hay que mostrar las cartas.

Por la noche de ese día, seguíamos en la oficina eran como las 9 y media de la noche cuando sonó el teléfono directo, alguien respondió y me dice:

___Licenciado quieren hablar contigo.

Tome el aparato y respondí. Escuche que del otro lado una voz me dice:

___Licenciado Mendez?

___ Si yo soy, quién habla?

___Soy el Comandante Tal (Omito el nombre) estoy a cargo de la base de la Judicial aquí en Caborca.

___Ah si comandante, digame.

Cuando los demás oyeron que dije Comandante, en automático se callaron, se hizo un silencio repentino.

___Oiga Licenciado – me dijo – necesito que venga a la oficina, necesito hablar con usted.

___¿A esta hora comandante? ¿Es muy urgente?

Todos me hacían señas de “qué quiere”

___SI Licenciado –respondió – es urgente y delicado.

___Y tiene que ser conmigo? – pregunte.

___Si me dijo y le voy a pedir que venga solo, que no lo acompañe nadie.

___Ok , salgo para alla.

Cuando colgué me dicen:

___Quien era.

___El comandante Tal, quiere que vaya a la oficina.

___¿Para qué, qué quiere?

___No me dijo, nada mas me dijo que es urgente y que vaya solo.

___Soloooo? – dijeron casi todos al unísono – ¡!esta loco.!!

___Ni madre – dijo otra persona –solo no vas a ir licenciado.

___¿Y qué hago? – respondí.

Hubo una pequeña discusión. “No no que no vaya”, “mejor que vaya Roberto con él”, “Solo y a esta hora?, no ni madre, que lleve escolta”.

___Pues fue muy claro en que es urgente y que vaya solo –repetÍ.

___Esta bien –dijo Don Panchito – ve solo, pero irá un carro con gente siguiéndote.

___Esta bien – acepté.

La solidaridad y la unión que sentí en ese momento me dio fuerzas. Después de todo ahí estaban ese grupo de personas, de ejidatarios dando su apoyo y protección, me consideraban ya uno de los suyos.

Me subí al carro y emprendí camino a las oficinas de la judicial del Estado, eran casi las 10 de la noche. Hay que recordar que no había celular en ese entonces. Lo que pasara, se sabría hasta mi regreso… si regresaba.

Otro auto pickup me seguía con cuatro personas armadas.

“!CHINGA A TU MADRE. PREGÚNTALE A ELLA, CABRÓN!

CAPITULO VIII

A esa hora y en Caborca y en 1984, debo de haber hecho 10 minutos a las instalaciones de la Judicial. Llegué me estacioné y al bajarme vi que ya estaba afuera el comandante acompañado de dos agentes. Voltié hacia atrás y vi que el carro con mi gente se estaba estacionando a prudente distancia.

___Buenas noches Comandante – saludé.

___Le dije que viniera solo licenciado – fue su saludo.

___Pues es que no me mando solo, Comandante. No me dejaron venir solo.

___Quién no lo dejo? –preguntó como retándome.

___Pues como 500 gentes que hay ahí afuera del edificio – le respondí.

“A mi no me vas a asustar cabroncito”, pensé.

___De qué se trata Comandante – le dije.

___Mire Licenciado, queremos que nos acompañe, encontramos dos cuerpos, cerca de Santa Ana y necesitamos que los identifique. Estamos casi seguros que son ellos, pero necesitamos su identificación.

Se me vino el alma al suelo. Me comenzó a dar vueltas todo y casi me desmayo. Me sostuve en pié y con la mejor voz segura que me salió le dije:

___Y qué hay que hacer.

___Pues que nos acompañe, los identifica y luego lo traemos de regreso. Y dígale a sus compañeros que no nos sigan.

___Ok – le respondí. Y me fui caminando a donde estaba mi gente y les dije:

___No puedo decirles mucho, solo que voy a Santa Ana a ver unos cuerpos que es probable sean ellos. No nos sigan por favor.

Se quedaron mudos, no me respondieron nada. Me di media vuelta y caminé hasta el pickup del Comandante y me subi.

Agarramos por toda la calle Obregón rumbo a la carretera. Cuando pasamos por las oficinas de la LEA, le señalé hacia allá y le dije:

___Ya vió cuanta gente hay Comandante?

No me respondió. Había fácil unas 300 o más personas armadas.

Agarramos carretera en silencio. Un agente manejando, yo en medio y el Comandante en la orilla junto a la otra puerta.

Las ideas y pensamientos se me arremolinaban en la cabeza. Ojalá no sea Rafael. Y si es, ¿Qué voy a hacer? Nunca he visto un muerto, mucho menos un asesinado. ¿Cómo iré a reaccionar? Pero no, no puede ser,  seguro que no es. A la mejor los confundieron ahorita en la noche. ¿Y si todo esto es un pretexto para chingarme a mi? En la madre, no lo había pensado. ¿Y si estos cabrones me matan a mi? ¿Y si tienen ordenes de desaparecerme? No no creo, todos vieron que me fui con ellos. Chingale, Diosito protégeme, que sea lo que tu indiques, pero por favor no indiques que me maten, por favor.

Una voz me sacó de mis pensamientos. Era una voz en el radio del carro en el que íbamos.

___Comandante, comandante adelante.

El Comandante agarró el radio y respondió:

___Aquí el Comandante, adelante.

___Comandante aquí el numero uno, ¿Cómo va con la operación?

___Todo bien, Jefe, aquí llevamos ya al Licenciado.

___Muy bien procedan como acordamos. Cambio y fuera.

Al escuchar esa conversación, creo que comencé a temblar. Lo primero que pensé fue, es cierto estos cabrones me van a chingar.

La frase “todo bien, Jefe, aquí llevamos al licenciado” me resonaba en la cabeza. Y luego la respuesta: “muy bien, procedan como acordamos”. Para mi estaba mas claro que el agua: Me iban a matar, sin duda. Temblaba todo.

El Comandante debe haberlo notado. Me dijo:

___Tranquilo Licenciado, no pasa nada. Todo va a estar bien.

No respondí. No pude aunque abrí la boca para hacerlo.

___¿Alguna vez ha visto un muerto asi? – me preguntó

___No — le dije – nunca. No me gustan ni los velorios.

___Mire –me dijo—le voy a explicar. Es muy sencillo: Los cuerpos están en el monte, parece que tienen varios días ahí. Ya ahorita no apestan porque ya les echamos cal, bueno podría haber poco olor. Usted va a llegar, se va  acercar y nos dirá si son el Sr. Muñoz y el Profesor Osuna. Es todo. Luego lo traemos de regreso.

El resto del camino, unos 40 minutos, fueron en silencio y se me hicieron eternos. No es nada agradable ir en un pickup a las 11 de la noche, en medio de la oscuridad y en medio de dos Judiciales. Es para muy hombres creo yo. En esos momentos debo de haber crecido y madurado años, muchos años. Mi vida se me presentaba a retazos hasta llegar a esa situación y me preguntaba ¿Qué estoy haciendo aquí? Podría estar en casa durmiendo con mi esposa.

___Puede fumar si quiere me dijo el Comandante.

Me eché unos cuatro cigarros uno tras otro. Eso me calmó la ansiedad.

Al rato vimos unas luces en medio del monte como a unos dos kilómetros y muchos pickups y luces de patrullas.

___Ya llegamos — me dijo.

Era más o menos el kilómetro 9 de Santa Ana a Caborca.

Entramos al monte unos 60 metros. Nos estacionamos y bajamos.

“Buenas noches, buenas noches, buenas noches” se oía. Algunos se acercaron a saludar de mano. Había unos 50 agentes entre Judiciales, Federal y Municipales.

___Aca están Licenciado, venga – me dijo el Comandante y casi me arrastró hacia el lugar.

El corazón se me salía del pecho. La sangre se me agolpaba en la frente, la boca seca. Saqué un cigarro y lo prendí tembloroso.

___Mire aquí están—y me señaló los bultos en la tierra.

En ese momento se encendieron unas fuertes luces iluminando la escena.

En cuanto los vi dije:

___SI SON – y me voltié a otro lado y quise devolverme.

___No Licenciado, espérese. Tiene que verlos bien, acérquese. Mire bien, acérquese le digo.

Me acerqué y claramente los ví. El cuerpo del Profesor Osuna de espaldas y el de Rafael boca arriba, con medio cuerpo casi arriba de el del profesor. Estaban muy hinchados, las camisas a punto de reventar.

___Mire Licenciado—explicó el Comandante – el Sr. Muñoz tiene un balazo en el pecho, otro en el abdomen – y los señalaba – otro en la palma de la mano izquierda, pero este pensamos que es el mismo que tiene entre los labios y la naríz, debe haberse querido cubrir y levantó la mano y le atravesó y se impactó en la cara. El profesor tiene uno en el pecho que le atravesó hasta la espalda, uno en el abdomen y otro en la cabeza.

Yo veía pero no veía. Cada vez que abría los ojos veía el rostro de Rafael y volvía a cerrarlos.

Le grité_

___!!YA, YA, ESTA BIEN, SI SON ELLOS, YA LOS VÍ!! – y me retiré unos metros hacia otros autos. Sentí que iba a vomitar, me agarré el estómago, pero no salió nada, pura bilis. No traía alimento desde hacia muchas horas más de 12 yo creo.

Me recargué en la caja de un pickup a reponerme, las lagrimas se me amontonaban en los ojos pero no terminaban de salir.

Nunca falta el pendejo con iniciativa. Se me acercó un Judicial joven y como haciéndose el buena onda me dijo:

___¿Y usted Licenciado quien cree que se los haya echado?

Sentí que el dolor se me transformaba en coraje, sentí que me subía fuego de los pies a la cabeza y le respondí suficientemente fuerte para que oyeran todos:

___Chinga tu madre!!! Pregúntale a ella cabrón!!!.

Se hizo un silencio y un compañero lo agarro de los hombros y se lo llevó.

El Comandante se apresuró y dijo “Vámonos Licenciado, ya terminamos aquí”.

A la distancia veo que hay tantas cosas que debería de haber preguntado en ese momento pero no lo hice por el dolor que sentía primero, por la impresión de ver a mi amigo muerto y por la inexperiencia. ¿Quién los encontró? ¿A que hora, cuándo? ¿Cuánto tiempo tenían ahí? ¿Porqué no levantaron los cuerpos y se los llevaron a medicina forense? ¿Porqué tenía que ir a identificarlos ahí en el lugar? Tenía que ser esa noche? No podrían haber levantado los cuerpos y citarnos en la mañana? ¿porqué tenia que ser yo? ¿porqué yo y además solo?

Perdóname Rafael por no haber hecho bien la tarea. Estoy seguro que tú en mi lugar habrías preguntado eso y mucho más. ¿Porqué Rafael tuve que ser yo? Cualquiera del Consejo, cualquier Ejidatario te conocía mucho pero mucho mas que yo. Cualquiera de ellos podría haber hecho la identificación. ¡Porqué yo chingada madre! Porque en ese momento de mi vida, iniciando una nueva familia. Dios pone las cosas, dice mi esposa, y no se equivoca tienes que aceptarlas como vengan. Lo que yo sé y me quedó claro, es que yo ahí cambié, ahí me transformé. Me baje siendo un Miguel Méndez y me subí al pickup de regreso, siendo otro. Mi forma de pensar, mis creencias, mis actitudes, mi ser, mi alma, mi corazón, mi forma de razonar, cambiaron para siempre.

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“…USTED SIGUE LICENCIADO…” Capitulo VI

“.. PENDEJOOOOOO PORQUÉ NO ME HABIAS DICHOOOOO, PENDEJOOOO….”

Al siguiente día 25 de julio llegué a la oficina y sinceramente estuve tan ocupado que se me olvidó lo del desayuno de Rafael, no sabía ni donde era ni con quien. No me había dicho. Me encerré en su oficina que era lo más privado que había y comencé a recibir gente y a avanzar con algunos de los nombramientos. Fue un día normal. No vi a Rafael en todo el día pero no lo eché de menos, al fin de cuentas si andaba con el Profesor a la mejor se fueron al ejido.

No fue sino hasta el día siguiente 26 de julio cuando de nuevo me instalé en su oficina a trabajar y a esperar que llegara. Lo necesitábamos para unas firmas. Le dije a su Secretaria ___Márcale a su casa a ver si esta.

No respondió nadie.

___Comunícate al ejido y pregunta si esta ahí. – la comunicación era por radio a todos los ejidos.

No, no estaba en el ejido. Entro su Secretaria y entre los dos tratamos de definir donde podría estar. Seguido se nos desaparecía en el día porque se iba a algún Ejido sin avisar, o alguna comida o se iba a Hermosillo o a Mexicali y al siguiente día se reportaba o llegando lo hacía.

___Habla con Pompa para ver si pidió avión ayer o ahora y a dónde.

No, no había solicitado avión

___A la mejor esta en Peñasco traía un asunto con lo de la planta de Harina. Comunícame con el Gerente.

Tampoco estaba allá, ni había ido recientemente.

Hable a Tijuana, a Mexicali, a Hermosillo a México a los lugares y personas que sabía podría haber visitado. En todo este proceso nos llevó fácil dos horas, casi tres.

___Ni modo — le dije a Clara Luz, su secretaria—comunícame con Carmela, creo que esta en Obregón.

No quería hacerlo porque obvio siendo su esposa se le haría raro que lo buscara yo, sobretodo yo.

Cuando logramos localizarla y se puso al teléfono:

___Carmela buenos días, habla el Licenciado Méndez.

___Ah que tál como esta? Pasa algo?

___No no solo quería saber si no ha llegado Rafael por alla, necesito hablar con él.

___No, que raro, no me dijo que fuera a venir, dime la verdad ¿Le paso algo?

___No claro que no – le tuve que mentir—lo que pasa es que me dijo que te caería de sorpresa por alla, por eso no te avisó. Y pensé que ya había llegado. Cuando llegue que se reporte conmigo por favor, debe estar por llegar.. Gracias, hasta luego.

Y colgué.

Mientras yo hacia las llamadas y me preocupaba cada vez más (Sabiendo lo que sabia) no me di cuenta que entró a la oficina el LIc. Márquez quien era el que había vendido la planta de Harina de Pescado a la Unión y en las últimas semanas iba seguido porque aún había un proceso de pago pendiente. Se había hecho ya familiar su presencia.

Cuando me di cuenta que ahí estaba le hice señas que se sentara y el me hizo señas de que colgara la llamada que tenía. Cuando terminé de hablar le dije:

___Qué pasó, que hay, desde cuando entraste.

___Tengo como 15 minutos pero estabas muy entretenido hablando. Buscas a Rafael?

___Si, lo estoy buscando no se donde esta.

Se quedó serio un rato, como pensando, como haciendo memoria, como dudando. Por fin volteó y me dijo:

___A ver Licenciado, no se si esto tenga importancia pero déjame te platico. Mira ayer habíamos quedado de vernos para desayunar con Rafael, en el Hotel el Camino, el Gerente de Serfin y yo. Estuvimos esperando y cuando ya se dieron como las 8 y media, dijimos se le ha de haber olvidado vámonos. Salimos y cuando íbamos en el carro por la 6 de abril por ahí por la 8 más o menos vimos que venía el carro y una persona manejando, Rafael al lado enfrente y dos personas atrás. Dijimos “Mira ahí va, ha de ir a la cita” y nos devolvimos. Los seguimos unas cuadras pero dieron vuelta en el callejoncito que esta ahí donde esta la agencia Volkswagen. Había un pickup estacionado ahí. Del carro de Rafael se bajo una persona abrió el pickup y como que sacó algo de la guantera o del asiento y se volvió a subir al carro de Rafael. Dieron vuelta y salieron hacia la 6 de abril. Nosotros estábamos enfrente esperando a que salieran, nosotros saludamos, Rafael nos vió, pero no nos saludó. Dieron vuelta rumbo al hotel El Camino y dijimos “Ha de ir al restaurante” y lo seguimos. Pero fíjate licenciado que raro, no llegaron al Hotel se siguieron de largo y agarraron carretera rumbo pa el sur, pa Pitiquito, pa Santa Ana.

No se que cara hice en ese momento pero si recuerdo perfectamente como una película que me paré y le grite:

___!!!Pendejooooooo!!!! porque no me habias dichoooo!! Pendejooo!

___Discúlpame – me dijo agachándose como si le fuera yo a dar un golpe —no sabía, yo que voy a saber.

____Pero no se les hizo raroooo baboso!!!

____Si, si se nos hizo raro pero pensamos que llevaba alguna urgencia o algo asi y que más tarde nos hablaríamos. Estuvimos esperando hablar con el ayer todo el día y como no pasó nada, pues por eso vine hoy.  Discúlpame.

Salí y le dije a Clara Luz

___Citame al Consejo, rápido, con urgencia, que se vengan de donde estén aquí a la oficina.

Ya eran como las 12:30 del día cuando los tuve a todos sentados y les comenté:

____Traemos perdido a Rafael desde ayer. Ya lo busque en… (Y les relaté todas las llamadas). Pero el Flaco Márquez me comentó…(Y les platique lo del desayuno y todo eso y la salida a carretera).

Como todos los presentes sabíamos de las amenazas, la preocupación se dibujó en todos los rostros.

___Ya buscaste en su casa? – me dijeron.

___No solo hablamos pero no responden.

___Pues manda a alguien alla y que vean que hay.

En media hora teníamos respuesta. La casa estaba sola, pero había dos tazas en la mesa de la cocina, en las que se veía se había tomado café tal vez un día anterior. Había un cenicero con tres bachas de cigarro. Y nada más. Todo estaba en orden.

 

Ni Rafael ni el profesor fumaban por lo que alguien más debería de haber estado con ellos.

El Secretario del Consejo, Solorio, se levantó y dijo:

___El Comandante de la judicial es amigo, voy a averiguar y que investigue el carro cuando menos.

Todos estuvimos de acuerdo, apuntó  las placas y salió. Los demás nos quedamos ahí, sentados, pensando en que lo que temíamos se había hecho realidad, pero no decíamos lo que pensábamos.

Se hicieron todavía varias llamadas mas a personas y lugares que yo no sabía pero ellos si y que pensaban podrían saber de Rafael. No hubo éxito.  Así transcurrió casi una hora y media más, ya eran las 2 de la tarde. Solorio ya había regresado y estábamos esperando si habría noticias.

Y en efecto, antes de una hora hablaron de la Judicial para avisar que el carro de Rafael había aparecido en una calle de Santa Ana, abandonado, al parecer desde un día antes.

Ahí ya no nos quedó duda:  Rafael había sido SECUESTRADO.

Y junto con él el Profesor Osuna,  ¡!que tomó mi lugar para llevarlo al desayuno!!! Cuando pensé eso, fue como si me hubieran dado un mazazo en la cabeza. O sea que yo podría haber estado ahí.

 

Y aún hoy me pregunto ¿Qué fue lo que te movió Rafael a hablarme en la noche y decirme que no pasara por ti? ¿Estaría yo también en los planes de los secuestradores, ya que casi siempre andábamos juntos? ¿Podría haber sido todo distinto? ¿De nuevo el destino se presentaba y hacia que las cosas fuesen como estaban escritas? Tantas preguntas sin respuesta.

 

 A partir de ese momento las cosas comenzaron a suceder muy rápido. Me cuesta trabajo recordarlas con precisión. Solo sé que de repente todo cambió, de un minuto a otro, todo era ya diferente. Sin buscarlo y sin quererlo me vi arrastrado al centro de los acontecimientos y a veces me sentía como si estuviera viendo una película y yo estuviera sentado en primera fila; luego me veía adentro de la película como protagonista y a la distancia de 35 años a veces me sigo viendo asi.

Trataré de explicarlo lo más entendible posible.

CONTINUA MAÑANA.

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“…USTED SIGUE LICENCIADO…” Capitulo V.

“… TE SACASTE EL PREMIO MAYOR SIN COMPRAR BOLETO JAJAJAJA….”

Al regresar de Nogales, esa noche fue la primera vez que le oculte no uno sino dos secretos a mi esposita. Para que entiendan las esposas que me leen, que a veces lo que uno oculta puede ser de vida o muerte y por eso se lo guarda uno. No podía decir nada de nada a nadie. No podía decir “Fíjate que a mi jefe lo amenazo fulano de tal, de muerte” o “ Pues con la novedad de que voy a tener nuevo puesto”.

Por eso los siguientes días no fueron fáciles para mi, sin saber aún que podría haber peores.

Tal como lo dijo, Rafael estuvo todos estos días en la ciudad. Aprovechamos el tiempo muy bien. La estructura de organización nueva quedó terminada, con nombres y todo y comencé muy discretamente a hacer los arreglos para la cena reunión donde se daría a conocer. Fijamos fecha para el 23 de julio.

También en esos días salían de vacaciones en las escuelas y Carmela la esposa de Rafael se fue con sus hijos al sur del estado, Obregón y Pueblo Yaqui y otros lugares. Entonces varios días aprovechamos y nos fuimos al ejido. Cuando me decía “Miguel, vamos al ejido”, ya sabía que se refería al Rodolfo Campodónico que aunque esta en la costa y con rumbo a Peñasco, vas y vienes fácilmente el mismo día.

Junto con otros habitantes del ejido, puedo decir que recorrí casi todo, desde los campos con vid, los pozos, el poblado y lo más bonito, las playas. En verdad, las playas del Campodónico  son vírgenes, hermosas, tranquilas y de una belleza impresionante. Enfrente esta la isla San Jorge, que no es mas que un peñasco que sale de en medio del mar y que esta permanentemente lleno de lobos marinos.

Hay una lengüeta de tierra que se interna en el már mas o menos un kilómetro y que tiene una anchura de unos 100 ó 150 metros. Cada vez que andábamos por alla, la recorríamos a pie y a Rafael le brillaban los ojos y le resplandecía el rostro imaginándose en voz alta lo que se podría hacer ahí turísticamente. Es tan atractiva y única, que de hace unos 20 años para acá, a la lengüeta esa le han salido más de cinco dueños y esta hoy empleitadísima y ha sido escenario de riñas con policías y todo. Cosa que seguro estoy, Rafael no hubiera permitido jamás.

Cuando íbamos “al ejido”, de vez en cuando llegábamos a otros que estaban en el camino: El Jesús García, La Almita, la Laguna Prieta, etc.

Aun con toda esa “distracción”, yo no dejaba de pensar en lo que me había confiado de las amenazas. Comencé a sentir un poco de miedo andar con él, pero no era cosa de dejarlo solo o echarme pa tras cuando probablemente más nos necesitaba a todos. Asi es que desechaba el miedo y seguía adelante.

Pero en mi fuero interno me machacaba la idea de ¿Qué tal si pasaba algo y por no decir nada, no se podía evitar? Me daba vueltas en la cabeza el que pasara algo y por no hacer nada antes, reprochármelo el resto de mi vida. No podía salir después con un “yo ya sabia”.

Y llegaba a la casa y comía y convivía y me iba a dormir como si nada pasara. Pero claro que pasaba y aquello iba creciendo dentro de mi. Algo me decía, “tienes que hacer algo, no te puedes quedar asi”. Pero otra voz me decía “no puedes traicionar su confianza, esta es una prueba”

En los siguientes días me quedó muy claro que debía tomar una decisión: O me quedaba callado y cruzado de brazos o provocaba que Rafael aceptara la vigilancia personal. Pero no sabía como hacerlo sin que aquello se convirtiera en algo obvio y desatara especulaciones.

Decidí hablar con algunos miembros del Consejo. Ellos serían los más adecuados para hacerlo entrar en razón. Rafael respeta sus opiniones y sus decisiones, en especial de dos de ellos.

Busqué un pretexto y los cite en la oficina a los dos. Nos encerramos en la sala de juntas y de manera concreta y sin alarma, les platiqué lo que pasaba. Me reservé el nombre del enemigo pero si les hice ver que no podíamos dejar a Rafael sin protección, que yo pensaba que lo mejor era que la protección viniera de los mismos ejidatarios, es decir, ponerle dos o tres ejidatarios que lo siguieran a todas partes en otro auto. Al final así nadie sospecharía, eso era totalmente común y normal, frecuentemente Rafael llegaba a los bancos u otras oficinas acompañado por varios ejidatarios. Estuvieron de acuerdo y me aseguraron que ellos lo platicarían con él.

Creo que se me quité un peso de encima… y se los eche a ellos obvio.

Yo pensé que el asunto lo tratarían solo los del Consejo con él, pero mi sorpresa fue que citaron a asamblea extraordinaria y eso significaba que estarían los representantes de todos los ejidos y el Consejo. Citaron en las nuevas oficinas que ya estaban casi a punto para cambiarnos y ya eran funcionales. No tengo la fecha exacta pero debe de haber sido el 18, 19 de Julio por la tarde.

En la asamblea se aprobó la nueva Estructura de Organización, se hablo de otros asuntos todos importantes y de verdad urgentes y ya en asuntos generales uno de los del consejo tomó la palabra y le pidió al Presidente del Consejo, a Rafael, que por favor les explicara los acontecimientos que sabían, habían pasado en su última visita a la ciudad de México.

Lo tomaron por sorpresa y el rostro le cambió, se le endureció momentáneamente, se echó hacia atrás el cabello que le caía en la frente y se paró diciendo “No es nada de cuidado, no tiene importancia”.

Relató los hechos con menos detalle de lo que me comentó a mi, trató de restarle gravedad pero los comentarios de varios fueron apabullantes. “Claro que era grave”, “claro que serían capaces de hacer eso y mas!!”, “no podemos dejarnos”, “es necesario ponerte protección”.

Se defendió como pudo, pero al final de cuentas quedó establecido en el acta de la asamblea un acuerdo en el que “la asamblea acuerda otorgar protección al compañero Rafael Muñoz Espinoza con carácter de urgente, en vista de los acontecimientos que han sido del conocimiento de todos….etc.

Juro que nunca hubo un comentario de Rafael hacia mi por ese hecho. Nada, ni un reproche, ni un reclamo, ni nada de nada. Siguió igual que siempre como si nada hubiera pasado.

Sinceramente yo si descansé y traté de convencerme que había tomado una buena decisión.

Me ordenó que siguiera adelante con la Cena reunión y que preparara los nombramientos de cada una de las personas, que debería ser firmado por el Presidente, Secretario y el Tesorero del Consejo.

Yo esperaba que en los siguientes días ya viera a los “escoltas” que se pondrían, pero pasaron los días y nada. Nunca supe, nunca le pregunté, pero sospecho que él maniobró para no aceptarlos o para retardar ese asunto, no lo se.

 

El 23 de julio como estaba programado se llevó a cabo la cena en el Hotel El Camino. Estuvo todo el personal de la Unión y al decir todo el personal es todo y los miembros del Consejo.

Rafael agradeció a todos su entrega, su esfuerzo y nos motivó a seguir adelante. Hablo de los resultados del año anterior, de cómo se visualizaba el presente año y de la visión que tenía de la Unión a futuro con todos los proyectos que estaban en cartera. Hizo hincapié en que  no quería “una Unión rica con ejidatarios pobres, sino una Unión exitosa con ejidatarios compartiendo y disfrutando del éxito”.

Presentó la nueva organización que recalcó, era indispensable para poner orden y definir las estrategias y poder hacer realidad las metas y ese futuro exitoso. Dejó claro que había sido aprobada por el Consejo y por la asamblea.

Me presentó como nuevo Coordinador General de la Unión de Ejidos LEA, mostró el nombramiento y dijo , “aquí traigo el resto – y mostró un folder – pero el Licenciado Méndez les hará entrega a partir de mañana y les indicará las nuevas funciones y responsabilidades a cada uno y comenzaremos con la nueva organización en una semana más a partir del 1 de agosto”

Habíamos decidido hacerlo asi para terminar con el cambio a las nuevas oficinas y ajustar detalles de operación y funcionamiento con algunas personas que sospechábamos no iban a aceptar los cambios, más que todo porque se les estaba restando autoridad o se les estaba quitando sus nichos de poder. Calculamos que en una semana ajustaríamos tuercas. Terminó la cena, recibí felicitaciones de quienes sabía las recibiría y no las recibí de quienes sabía que así sería. Pero ya lo teníamos calculado.

Llegué a casa y pude ya dar a conocer la noticia que me había guardado celosmente.

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Al siguiente día 24 de julio, el día se nos fue en sacar pendientes, en algunos nombramientos incluido el mío faltaba la firma del Tesorero del Consejo que por alguna razón no estaba cuando lo buscaron para que los firmara, y traté de buscarlo pero estaba fuera de la ciudad. Así es que no podía entregarlos sin su firma. En lo personal comencé a ordenar lo que estaba bajo mi responsabilidad para entregarlo a quien se haría cargo de esa función en adelante. Traté de no pensar mucho en que me había sacado la rifa del tigre, más bien traté de verlo como una experiencia más. De hecho, no se me olvida que cuando entré a la oficina de Rafael ese día me recibió con una carcajada y mirada pícara y me dijo:

___jajajajaja te sacaste el premio mayor sin comprar boleto jajajajaj. Felicidades!! –Y me dio un abrazo”.

Ese día estuvo en las oficinas el Profesor Osuna que era el maestro de la escuela del Ejido Campodónico a quien conocía yo bien y a quien Rafael estimaba mucho. Llegó a saludar y a decirnos que pues ya estaba de vacaciones y que no sabía qué iba a hacer todavía, si se iria a algún lado o se quedaría. Yo platiqué con él de varios temas, era buen conversador y leía periódicos y libros.

Más tarde me dijo Rafael:

___Oye Licenciado, mañana tengo un desayuno a las 8, pasa por mi  a mi casa, poco después de las 7 para que me acompañes, para que vayas viendo ya algunos asuntos que te va a tocar atender en tu nuevo puesto.

___Ok claro que si – le dije – ahí te veo en tu casa a las 7:30

 

Por la noche estaba terminando de cenar en casa cuando sonó el teléfono (No había celulares) y me dicen:

___Miguel te habla Rafael.

Tomé el teléfono y saludé. Me dijo:

___Miguel siempre no pases por mi mañana por favor. Aquí esta conmigo el Profesor Osuna y le digo que mientras esta de vacaciones pues que ande conmigo y me choferee pa que no se enfade.  El profe me llevará al desayuno y sirve que te quedas tu en la oficina para que vayas avanzando en todo lo que se viene.

___Ah perfecto, no hay problema Rafael. Qué hago con tu carro? – le pregunté porque yo me lo había llevado.

___Ah no te preocupes, me moveré en el de Carmela (Su esposa) acuérdate que no esta.

___Hecho, asi quedamos.

Y colgamos.

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PERSONAJES DEL PUEBLO

“…USTED SIGUE LICENCIADO…” Capitulo IV

“…HAY ALGO QUE QUIERO CONTARTE…”

Esos meses fueron intensos en cuanto a trabajo y proyectos por desarrollar. No es el objetivo de este relato platicar esos proyectos. Baste con decir que en ningún momento durante todo ese tiempo extrañé mi anterior trabajo de ejecutivo en los corporativos mas importantes de México, en ese entonces. Mientras allá  vestía de traje y corbata a diario, aquí andaba en jeans y botas; mientras allá mis relaciones eran con altos ejecutivos, acá eran con ejidatarios y gente de campo; mientras allá iba a los mejores restaurantes, acá era felíz en una carne asada debajo de un mezquite con una hielera al lado. Fui feliz porque estaba donde quería estar, con la gente que quería estar y haciendo lo que quería y lo que sabía hacer.

Para redondear mi felicidad, se acercaba mi boda, el 15 de junio de 1984. A mi novia la había conocido un año antes en una gira del gobernador Samuel Ocaña que había ido a visitar Caborca y se pasó a Pitiquito. Por alguna inexplicable razón se me ocurrió pasar por el lugar donde estaban recibiendo al gobernador en Pitiquito y como buen vecino mitotero, decidí estacionarme, me bajé y me acerqué al lugar.

Ahí estaba cuando salió un grupo de muchachas, de Caborca, a las que no conocía y “casualmente” se pusieron a platicar a unos metros de mi. Como estaba sólo, me acerqué, abrí platica y ella me respondió. Platicamos un rato, debo haber pedido teléfono y fue todo.

De ahí en adelante valió madre todo. Me apendejó, me embrujó a tal grado que un año después ya me andaba casando.

Asi es que tenía motivos para sentirme muy agusto. Los fines de semana los pasaba con mis amigos de toda la vida en mi pueblo, haciendo lo que sabemos hacer mejor: Sentarnos a platicar y a reírnos unos de otros, alrededor de una hielera y un asador. Ahí me ponía al corriente de los acontecimientos en el pueblo en la semana.

 

El cambio de oficinas de la Unión a las nuevas estaba motivado también por los problemas y diferencias cada vez más fuertes y cada vez más evidentes entre la Unión de Ejidos LEA y la ARIC ALIANZA. Esta última estaba en quiebra y era inminente que explotara la bomba.

Eran además, dos liderazgos enfrentados, uno con fuerza política en decadencia y el otro con fuerza social en aumento.

Todo eso lo sabía, lo conocía de primera mano y estaba consciente. Pero como siempre, no lo ventilábamos públicamente y lo manejábamos de manera confidencial. No es mi intención platicar de ello, en algún lado hay datos y hay publicaciones con la información, periódicos locales, estatales y nacionales, revistas como Proceso manejaron la información. Quien quiera saber más que consulte esas fuentes.

Con las nuevas oficinas estaríamos un poco más “cómodos” físicamente y estableceríamos una raya clara entre ambas organizaciones.

 

Yo me puse a trabajar para dejar lista la nueva organización lo más pronto posible. No era fácil, era mucho trabajo. No era nada más diseñar un organigrama, eso cualquiera lo hace, había que trabajar en lo siguiente: Manual de políticas y procedimientos de la Uníon (No existía), Reglamento Interior de Trabajo (Tampoco existía), Funciones y responsabilidades de absolutamente todos los puestos, los nuevos y los que quedaran, tabulador de sueldos, manual de incentivos y prestaciones, etc. Etc.

Conforme avanzaba, cuando había oportunidad nos encerrábamos Rafael y yo y le mostraba los avances. Hacíamos correcciones, me aprobaba algunas cosas, cuestionaba otras. Juntos fuimos delineando los perfiles de las personas adecuadas para cada puesto. No era la idea traer gente de fuera salvo que fuese absolutamente necesario. Rafael quería que en la medida de lo posible contratáramos profesionistas hijos de ejidatarios o personas de la región. No era sencillo encontrarlos. La nueva organización estaría conformada por tres grandes áreas: Division Agro-Industrial, División Pesca y División de Admón y finanzas, cada una con un Gerente General con su propia estructura hacia abajo. Todo sería dirigido por un Coordinador General de la Unión de Ejidos Lea, dependiendo directamente del Consejo de Administración, con funciones, obligaciones y derechos perfectamente definidos. Con los controles necesarios para que no se repitiera el penoso caso de fugas o ventas fantasma.

Así es que tenía chamba para rato y a ello me dediqué las dos primeras semanas de junio, además de los asuntos, pendientes y cosas adicionales que Rafael me encomendaba. A veces era más Secretario Particular que otra cosa.

El 15 de Junio de 1984 me casé y al siguiente día salí de viaje de bodas por 10 días nada más porque no alcanzaba para más. Para el 26, 27 de junio me estaba reintegrando al trabajo y a seguir con el proyecto de la nueva organización.

A principios de julio Rafael se fue a la ciudad de México por casi 10 días, así es que eso me permitió avanzar más rápido para concluir, pues como él me había dicho, me encerraba en su oficina a trabajar. También atendía un que otro asunto que la Secretaria consideraba que debería atender y ver yo o que alguien del consejo de Administración me encomendaba.

Los miembros del consejo traían también bastante carga de trabajo. La planta de Puerto Peñasco requería de su atención, los barcos ya en operación; la cosecha de uva industrial para vino estaba en todo su apogeo y como estaba siendo un año extremadamente lluvioso, había preocupación por la cosecha de pasa que ya estaba tendida al sol en los campos; la aceituna no venía  bien, algo pasaba que los olivos tiraban la flor o no maduraba bien el fruto, etc. Etc.

Aunado a eso la efervescencia política estaba subiendo de tono. Ya se manejaban listas para diputaciones y se hablaba de un espacio que la CNC tenía reservado para la Unión de Ejidos pues le tocaba, ya que en esos momentos la diputación local era ocupada por Fidencio Hernández líder campesino de otra organización muy fuerte, entonces se decía que por primera vez le tocaría la LEA y el candidato obvio era Rafael Muñoz. Como Rafael no se ocupaba del tema ni le quitaba el sueño, pues a nosotros tampoco y no nos dedicábamos a grillar pudiendo hacerlo. La línea era de trabajar y sacar los pendientes.

 

Unos días después cuando Rafael regresó de México, debe haber sido 12 ó 13 de julio, me dijo:

___Miguel mañana quiero ir a Nogales a ver a (Omito nombre, era un empresario fuerte de Nogales) y me gustaría me acompañes, ¿Puedes?

___Si claro – le dije—a qué hora salimos.

___Después de desayunar – me respondió. lo cual significaba antes de las 8 de la mañana.

Al día siguiente nos vimos en las oficinas y salimos rumbo a Nogales. Yo iba manejando y lo noté más serio y reservado que de costumbre. Pero también inquieto. No dije nada, sabía que si algo había y debía saberlo, me lo diría.

En Santa Ana llegamos por un café y me dijo que él manejaría hasta Nogales. Cambiamos lugares y seguimos platicando de asuntos normales.

Pasando Magdalena me dijo:

___Hay algo que quiero contarte.

Lo sabía— pensé – algo trae este.

___Mira Miguel – me dijo—esto es algo que te pido por favor se quede solo entre nosotros. No lo platiques y mucho menos a nadie del Consejo. No pasa nada, pero quiero que lo sepas.

Todos estos años me he preguntado mil veces ¿Porqué Rafael? ¿Porqué querías que lo supiera? ¿Querías que hiciera lo que hice o simplemente querías desahogarte?

___Ahora que estuve en México –me dijo—una noche sonó el teléfono del cuarto del hotel, ya era tarde, me desperté asustado y respondi. Era una voz de hombre y me amenazo de muerte. Me dijo muchas cosas, que no vale la pena repetir, pero me insistió que me iba a llevar la chingada, que ya estaba decidido.

No supe que responder de momento. Me quedé mudo del asombro. Yo.

___Pero no te preocupes –continuó—no pasa nada, no van a hacer nada, no son tan hombres estos traicioneros hijos de su madre. No se van a atrever.

___Pero Rafael – alcancé a responder – eso es muy grave. Cómo que no me preocupe!!!

___ No – me dijo—no harán nada, te digo que no son tan hombres. Ya se quien es.

Y yo mudo sin saber qué decir.

___Al siguiente día –continuó contando—le hable al General X, te acuerdas? Mi amigo el del Estado Mayor Presidencial. Le platiqué lo que había pasado y se puso a investigar. Ese mismo día recibí otra llamada citándome en un restaurante al siguiente día yo solo, les dije que si que iba a ir. Le hable al General y me dijo que si que fuera, que ellos estarían ahí.

___Y qué paso, fuisteee?? No chingues Rafael.

___Si si fui, pero no se presentó nadie, te digo que son unos cobardes poco hombres.

___Pero si sabes quien esta detrás?

___Si, el General investigo las llamadas y no se bien cómo le hizo, pero si me dijo quien estaba detrás de las amenazas. Es fulano de tal (Omito el nombre).

___No chingues!! –casi grité – Cómo puede ser?

___Por eso te digo que no lo comentes – me dijo-

___No – le dije – no estoy de acuerdo, esto debe saberlo el Consejo y debemos ponerte vigilancia, escoltas.

___No Miguel, nunca he traído guaruras, menos ahora, van a pensar que de verdad les tengo miedo y no les tengo miedo para nada.

El resto del camino hasta Nogales conversamos poco. Me cambió la platica a lo del proyecto de la nueva organización.

Estuvimos en Nogales unas tres horas. Vimos a la persona que íbamos a ver. Terminó la reunión y agarramos camino a Caborca de regreso.

Fue cuando me soltó la segunda noticia del día. De por sí no podía dejar de pensar en lo que me había revelado unas horas antes. Me dijo:

___En los próximos días no tengo agendado viaje, me voy a quedar en Caborca, a ver si aprovechamos para irle poniendo nombres a cada puesto de la estructura nueva.

___Si esta bien –respondí – ya tengo algunos nombres que quiero proponerte. ¿Tu has pensado en algunos?

___Tengo varios – me dijo – pero ya decidí el de Coordinador General.

___Ah que bien, ese es uno de los que no tengo, porque creo que debe ser decisión del Consejo de Administración – le dije – al final de cuentas va a trabajar muy cercanamente con el Consejo y debe haber un buen entendimiento, además debe ser negociador y con mano firme.

___Exactamente y con muchas ganas de hacer cosas nuevas y de toda la confianza.

___Andale ¡! – le confirmé – pero precisamente por eso se me dificulta ponerle mono al cuadrito del organigrama jajaja.

___Jajajajaja – se rió – y precisamente por eso a mi no me costó  ningún trabajo decidir.

___¿Y puedo saber quién es y de donde viene? – le dije.

___Se llama Miguel Méndez y viene de Pitiquito, jajajajajajajajaja – respondió con una carcajada.

De nueva cuenta me quedé mudo  y sólo alcance a decir:

___ No me chingues Rafael —yo no, yo no…

___Claro que puedes ¡! –me interrumpio – no tengas miedo, jajajajaja, parece difícil pero no lo es tanto.

Mi cara en verdad debe de haber sido de espanto.

___Mira como estas, jajajaja – me dijo – parece que al que amenazaron ahora eres tu, jajajaja. Que ¿No aceptas?.

___Pues es que me lo sueltas asi de sopetón, no sé qué decirte. Es un puesto de mucha responsabilidad, me voy a echar encima a todo el alacranero, si así me grillan a cada rato.

___No te preocupes, yo estaré atrás. El consejo lo va a aprobar no te preocupes, ya les adelanté algo y están de acuerdo. Si, te va a tocar correr a todos los cabrones, pero no es algo que no sepas. Tienes carrera, te has movido en niveles altos, puedes sentarte a negociar con cualquier Director de banco o con cualquier político. Necesito que me ayudes Miguel. Ya en serio.

___Pues me siento muy honrado –conteste ya mas calmado – cuenta conmigo, pero no lo creeré hasta ver el nombramiento firmado por el Consejo jajajaja.

___Si, asi va a  ser. Por eso no quise ponerle al puesto Director General sino Coordinador General, porque al principio tendrás mucho el apoyo nuestro, como coordinando acciones. Pero ya después cuando hayas fumigado y hayan corrido las ratas, entonces ya le llamaremos Director General de la Unión de Ejidos LEA. ¿Qué te parece?

___SI, bien… –alcancé a decir.

___Lo mantendremos en secreto. Yo lo llevaré al consejo. Y prepara una reunión para dar a conocer la nueva organización y entregar los nombramientos, más o menos para dentro de 10 días. Organiza una cena y que vayan todos, para todos será sorpresa.

___Oka Rafael, esta bien.

 

De nuevo Rafael no sabes cuantas veces desde ese día me pregunté ¿Por qué yo? ¿Porqué si era un chamaco de 27 años recién casado, al que conocías apenas poco más de un año y medio, me diste esa responsabilidad? ¿Estaba listo? ¿Era parte de tu plan para irte retirando y meterte a la política? Ufff!! Mil preguntas.

CONTINUARA

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PERSONAJES DEL PUEBLO

“…USTED SIGUE LICENCIADO…” Capitulo III

“…AQUÍ HASTA LAS LAGARTIJAS TRAEN TENIS…”

La gira de Eduardo Pesqueira, Director de Banrural, fue muy apresurada como todo lo que hacia  “el gordo Pesqueira” como le decía Rafael. Fue apresurada y atrabancada, no por nosotros, que estábamos encantados de recibirlo y mostrarle físicamente lo que Rafael le había platicado en innumerables ocasiones en su oficina en la ciudad de México. Después de todo Banrural era el banco de primer piso de la LEA; y de segundo y de tercero. Banrural tenia en cartera casi a toda la Unión de ejidos LEA. Aunque cada ejido era apoyado en forma independiente, al final de cuentas tenía detrás el aval de la Unión. La producción de pasa era entregada a la Unión, la de trigo también, la uva de mesa la exportaba la Unión, la de vino, se entregaba a Domeq o a Vergel y más tarde a la ARIC ALIANZA que había comprado la planta a Vergel precisamente.

Rafael convenció al Gordo Pesqueira a que viniera a Caborca en su ultima visita, pues le estaba pidiendo apoyo para la perforación de 35 pozos de agua salobre que se necesitaban para la granja de camarón que se había proyectado. Se perforarían en la costa. El Gordo Pesqueira acepto, y le dijo “la próxima semana, el martes te caigo alla”.

Rafael me llamó de la ciudad de México para darme la noticia y darme instrucciones de que comenzara con la organización de la gira y me pusiera en contacto con el Secretario particular de Pesqueira. Asi es que tuvimos escasos 6 días para organizar todo.

Eduardo Pesqueira en verdad era GORDO. Debe haber pesado unos 180 kilos fácilmente pues además era alto de estatura. Sumamente simpático, campechano, agradable, gritón, pachanguero, gente de pueblo. Llegó acompañado de su hija de 18 años. Preciosa, güera, cabello lacio largo que brillaba con el sol y muy bonita y agradable. Aguantó toda la gira incluso la visita a los ejidos de la costa con un sol arrasador.

Todo salió muy bien. La ultima parte de la gira era la visita a las instalaciones de la LEA. Recorrido por la procesadora de pasa, la despepitadora, silos, almacenes y planta de aceite de jojoba. Esta última era en realidad un pequeño molino que hacia eso, moler la jojoba que se echaba en greña; molía el fruto y le extraía el aceite que escurría por unos rodillos hasta un recipiente donde se acumulaba. Era aceite puro, brillante, color ambar y sumamente pegajoso.

El Gordo llegó, se paró enfrente del molino con su hija al lado. Mientras alguien le explicaba todo el proceso desde la recolección a mano de la jojoba en el desierto hasta llegar ahí, el gordo se comenzó a mover, se acercó al recipiente donde caía el aceite y le hablo a su hija que se acercara. Ella muy obediente se acercó, y el gordo, metiendo las manotas al aceite le dijo: “Mira hija, este aceite es buenísimo para el cabello, lo deja brillante y no se te cae” sacó las manos llenas de aceite y se lo untó a su hija en el cabello, todo. Nos quedamos todos mudos sin saber qué hacer y el gordo soltó unas carcajadas estruendosas, se le movía la panza de arriba abajo y su hija… su hija en un solo llanto. El cabello era un solo mazacote. Las secretarias de la Unión se la llevaron corriendo al baño de mujeres y ahí le lavaron el cabello y le quitaron lo más que pudieron de aquella masa como de chapopote pero color ámbar. La salida del avión se retrasó por ese motivo más de una hora. No podían quitarle el aceite. Pobre. Le pusieron una pañoleta en la cabeza y la subieron al avión. Creo que a ella no se le debe de haber olvidado nunca en su vida Caborca.

Toledo Corro como ex Gobernador de Sinaloa, conocía bastante de Sonora y conocía bastante de la organización ejidal, así es que cuando Rafael le presentó el proyecto de la planta de harina de pescado ubicada en Puerto Peñasco, le encantó la idea, sobretodo porque significaba una diversificación de la economía de los ejidos que eran tradicionalmente agrícolas. Rafael le dijo que para que el proyecto fuese un éxito  se necesitaba adquirir dos barcos sardineros de segunda y que ya estaban localizados en Puerto Peñasco uno y en Guaymas el otro. Era una millonada de pesos. La magia de Rafael actuó de nuevo, se consiguieron los apoyos. La planta estaba en producción cuando se compro, se le hicieron sólo unas pequeñas modificaciones al proceso de producción, se instaló equipo más moderno y a producir harina.  Sin embargo había que hacer una inauguración y quien mejor que el Secretario de Pesca para que inaugurara.

De nuevo me tocó organizar la gira y para ello fueron casi tres semanas de negociaciones con el Gobierno del Estado, el Presidente Municipal de Peñasco, el de Caborca, las cooperativas pesqueras, las armadoras, las plantas privadas, etc etc. Todos querían que el Secretario de Pesca los visitara, todos querían sus 5 minutos de fama estando cerca del Secretario. Entre el Particular del Secretario y un servidor organizamos todo. El Particular de Toledo Corro era un muchacho joven de mi edad, yucateco muy simpático. Hicimos click inmediatamente. Una semana antes de la gira me fui en vuelo privado a recogerlo en el aeropuerto de Hermosillo y de ahí volamos a Puerto Peñasco. El no sabía nada de Peñasco, ni conocía ni había oído hablar de ese lugar. De todos modos, como era playa, venía preparado con su traje de baño. Yo no, porque supuestamente íbamos a trabajar en los últimos detalles de la gira. Cuando llegamos y vio lo que vió, es decir, lo que había en ese entonces me dijo:

___Puta mare—con el acento Yucateco—aquí hasta las lagartijas traen tenis!! Que puto calor!!. Yo sólo solté la carcajada, era abril aún no empezaba el calor. Lo que si, nos tocó una colita del Springbreack de los gringos y cuando menos eso le gustó.

Si le metimos muy duro toda la semana y el Presidente Municipal y los cooperativistas no fueron hueso fácil. Querían imponerse y hacer la gira a su conveniencia. Al final tuvimos que recurrir a la estrategia que no queríamos, pero no quedó de otra:

___Mire Señor Presidente, la gira no es suya que le quede muy claro. El Secretario tiene contemplados unos apoyos extraordinarios para la cooperativa tal y otro apoyo para la cooperativa x; pero es muy sencillo, saliendo de aquí, le hablamos y cancelamos los apoyos, y no hay visita a la cooperativas y no hay evento para ustedes. Pero eso si las cooperativas van a saber porque y gracias a quién perdieron los apoyos.

Ya de ahí, todo fluyó y hasta escoltas quería ponernos, lo cual rechazamos.

Uno de los empresarios mas fuertes en ese momento en Peñasco, dueño de un astillero y del que me reservo el nombre, nos prestó una camioneta Blazer doble tracción de modelo reciente. En esa nos movimos toda la semana. Llegó el fin de semana y el Yucateco quiso salir a dar la vuelta a la playa y no sé cómo lo dejé manejar. Resultado: nos quedamos embancados, con la arena hasta el diferencial, en la playa donde había más gente y enfrente de todo el mundo. Y lo más penoso del asunto es que quien nos sacó de ese atolladero fue el mismísimo dueño de la camioneta, que de casualidad iba pasando por ahí y vió su camioneta hundida hasta el tope. Me moría de la pena, y el Yuca tan campante sin entender del todo qué pasaba.

Dos días después estábamos movilizando 7 avionetas para ir a recoger al Secretario de Pesca y comitiva a Hermosillo y traerlos a Peñasco junto con Rafael. Fue un día de intenso trabajo en el que como cierre se tuvo la inauguración de la planta de harina de pescado de la Unión de Ejidos LEA.

Obviamente Peñasco no era lo que es hoy y vivía más de la pesca que del turismo.

En mayo de ese año, Rafael y un servidor hicimos un viaje por carretera a Hermosillo. Como siempre, platicamos largo y tendido. Era donde mejor y más a gusto conversábamos. Me platicó que unos meses antes se había detectado un lote de uva pasa de la Unión en California, que no había sido vendida por la Unión. Nadie fuera de él y el bróker que comercializaba la pasa en estados Unidos, sabían de ello, y ahora yo.

___No dijimos nada, nadie sabe, no comentes nada porque no queremos alertarlos a estos traicioneros—me dijo—les seguimos la huella y ya sabemos quienes son, cómo la sacan y cómo la venden alla.

Me quise caer pa tras. No me lo imaginaba.

___O sea se la están robando – le dije.

___Si  claro – confirmó—pero eso no es lo más grave. Lo verdaderamente grave es que es nuestra propia gente Miguel. Nos están robando de adentro, y eso sí me duele, es un abuso de confianza, una traición.

___Pues hay que poner la denuncia Rafael, pero ya— le dije.

Rafael era mucho más tranquilo, más tolerante y más cerebral que yo. Y con un corazón enorme.

___No — me respondió—no habrá denuncia, pobres familias al final de cuentas, qué culpa tienen. No habrá denuncia pero si es hora de hacer cambios ya la confianza se perdió.

Y me pidió que le preparara un nuevo organigrama. Me dio a detalle ciertos puestos y me platicó los cambios que quería hacer “no tengo aún a las personas”, me dijo, “pero si tengo muy claro cómo les vamos a poner un alto y cómo hacerle para que no se repita”.

De acuerdo a su visión, era prácticamente una reingeniería organizacional: Desaparecer áreas, crear otras, reforzar algunas, quitarle autoridad a otras, establecer controles aquí y alla.

___Trabaja en eso — me ordenó—pero hazlo muy confidencial, enciérrate en mi oficina cuando no esté yo. Se que andas en las últimas con tu boda así es que no urge, cásate, vete de luna de miel y cuando regreses ya lo vemos.

___ Pero falta casi un mes — le dije—es hasta el 15 de junio.

___Si, por eso, ve trabajándolo todo este mes, y me lo presentas cuando ya regreses y lo afinamos el proyecto.

La oficinas de la Union, oficina de Rafael, su secretaria, sala de juntas, oficinas de Técnicos, Desarrollo Social y la mía, estaban en el edificio de la ARIC-ALIANZA. Se compartía el edificio con ellos. Nosotros en la planta baja y ellos en la planta alta. Había otro espacio pequeño para otra organización hermana que era Fruticultores Unidos, principalmente productores de durazno y manzana.

Nos empezó a quedar chico el espacio, asi es que por esas mismas fechas se adquirió una casa ubicada en otro lado de la ciudad, frente a las oficinas estatales de Agencia Fiscal, Registro Civil, Judicial del Estado y juzgados, por la calle 6 y Av. Q.  Se adquirió y se comenzó la remodelación  y adaptación para oficinas. Nos cambiaríamos todos los que estábamos en el edificio de la ARIC, para el nuevo. La Dirección General y lo administrativo seguiría en donde siempre, en donde estaba la procesadora de pasa.

Normalmente las oficinas estaban llenas todo el día, un día si y otro también había mínimo cinco Comisariados Ejidales que normalmente se dejaban venir a la ciudad de tres a cinco de los directivos para tramites y diligencias diversas en bancos, ferreterías, tiendas, etc. Y se iban a la Unión a tratar de ver a Rafael cuando estaba en la ciudad o simplemente a tratar algo con cualquiera de nosotros o a tomar café. Se hacían bola y a veces eran 25, 30 personas esperando o dando vueltas por las oficinas.

Casi todos caían a los cubículos donde estábamos el Prieto Rascón y un servidor que éramos vecinos de cubículo. Rafael quiso mucho a Rascón, como le decía él. Pocas personas aún hoy, no saben quien es el Prieto Rascón. Ya desde entonces era la persona más popular, dicharachera, bromista, cuenta chistes, carrillero que he conocido. Además, creativo, emprendedor, inventor, apasionado de su carrera de Ingeniero en Alimentos. Nada se le atoraba. Pisteador y pachanguero. Nos hicimos grandes compañeros y amigos de trabajo y por sus ocurrencias todo el día se escuchaban carcajadas en nuestro rincón.

En mucho gracias a el prieto Rascón, los ejidatarios nos buscaban, se sentaban con nosotros, nos contaban sus planes, sus proyectos, sus problemas, sus batallas, sus éxitos; de sus familias, del ejido, etc. Y confiaban en nosotros.

Eso nos ayudó a ir poniendo orden en las oficinas y tratar de desahogarle la agenda a Rafael, lo cual nunca pidió, pero si le agradó cuando se comenzó a dar cuenta que le quedaba tiempo para dedicarlo a otras cosas o reuniones importantes.

El Prieto y yo usábamos los carros personales para el trabajo. Yo iba y venia a Pitiquito todos los días. No nos quejábamos, pero Rafael se dio cuenta y un día me dijo “ve por favor que carro necesita Rascón para el trabajo y qué necesitas tu y cotícenlos por favor”. No nos dijo dos veces y antes de una semana ya habíamos encargado los carros que nos entregaron unos días después. Obvio, como es normal en estos casos, hubo envidias, hubo trabas, hubo comentarios y hubo grilla tratando de obstaculizar la compra.

Muchos de los asuntos que trataba Rafael de diario con los ejidatarios eran pequeñas necesidades, desde préstamos personales pequeños, hasta créditos con proveedores de la ciudad; otros mas importantes eran los problemas con los pozos, las bombas, los canales, la aplicación de agroquímicos a los cultivos, etc. Y otros más eran los refaccionarios con los bancos, pagos atrasados, comercialización de la producción, compra de equipo y cosas así.

De modo que cuando ciertas cosas las empezamos a resolver entre Rascón y yo, pues le cayó de perlas.

Rafael utilizaba tarjetas bristol para apuntar los pendientes con su letra de quinto año de primaria y también las utilizaba para autorizar ciertas cosas como entrega de efectivo en la planta, o entrega de productos, etc.  y esas tarjetas las firmaba y su firma era reconocida y respetada no solo en la unión sino en todo Caborca.

Salía muy seguido a Hermosillo o a la ciudad de México, normalmente un viaje al DF era de toda la semana; a Hermosillo dos días, a Mexicali o Tijuana dos tres días. Así es que tuvo que aprender a confiar en nosotros, a tal grado que cuando se iba a ausentar por varios días me dejaba tarjetas bristol, firmadas en blanco!! Por si se necesitaba. Aún creo que conservo algunas. Podría haber hecho lo que quisiera con ellas, eran como un cheque en blanco. Pero él sabía que no lo haría.

El Consejo de Administración que obvio era presidido por él como Presidente, eran en su mayoría personas mayores, ejidatarios, todos muy trabajados, muy colmilludos, excelentes personas, nobles y muy conscientes de lo que representaban. Conocí a todos en sus casas y en sus ejidos, conocí a sus familias de la mayoría. Los respetaba y si alguno daba una contraorden a algo ya autorizado por Rafael, respetaba su proceder y dejaba que las diferencias las arreglaran entre ellos. Se derrumbaron barreras y se abrieron y me dieron toda su confianza y apoyo  como se verá más adelante cuando les platique los eventos que viví. Aún hoy me parece increíble que esos señorones que desconfiaban de todo y de todos por todo lo que habían batallado y sufrido para tener lo que tenían, confiaran en un chamaco de 27 años.

CONTINUA..

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PERSONAJES INOLVIDABLES

“…USTED SIGUE LICENCIADO…” Capitulo II

 

III. “…PUES SI TU NO ERES POLÍTICO, YO SOY EXTRATERRESTRE…”

La ARIC- ALIANZA era una organización de pequeños propietarios agricultores todos y en la cual la Unión de ejidos LEA tenía un asiento en el consejo como organización socia y “hermana”. La ARIC era lidereada por el  Ex Presidente de la Confederación Nacional de la Pequeña Propiedad y en ese entonces diputado Federal, Salomón Faz Sanchez. La ARIC experimentó un crecimiento de operaciones y comenzaron a llegar de otras partes del estado y del país, nuevos profesionistas de diversas especialidades y rápidamente hicimos un agradable grupo de profesionistas y técnicos que nos reuníamos frecuentemente para socializar, pero también para echarnos la mano en los proyectos nuevos.

Al mismo tiempo conocí y me puse de novio con la que sería mi compañera de vida. Mejor no podía estar. Tenía un agradable trabajo, me pagaban lo justo, estaba en mi pueblo, convivía con mis amigos de toda la vida y con nuevos amigos, estaba de novio con una mujer que todos me envidiaban y el futuro se veía luminoso.

Así transcurrió la segunda mitad de 1983. Entre julio y diciembre de ese año Rafael se convirtió en una máquina de proyectos e ideas:

Un día nos planteó que por favor organizáramos a las mujeres esposas de los ejidatarios, en cada ejido, para que se convirtieran en unidades productivas y comenzaran ellas también a ganar dinero con su trabajo. Ya había algo iniciado y sin descartar lo ya hecho, se organizaron pequeñas granjas productoras de huevo y pollo que eran atendidas por las mujeres asi como pequeñas siembras de hortalizas. Se les dio asistencia técnica y al poco tiempo estaban ya vendiendo sus productos en los mercados de Caborca.

Uno de los ingenieros compañero, presentó un proyecto para la compra de una cantidad de borregos Peliguey y dotar a cada ejido de un hato que pudiésen criar y explotar comercialmente. El proyecto fue aprobado y se arrancó con cierto número de animales. Se trataba de comercializar el borrego en canal para su carne y aprovechar la leche y sus productos derivados. Fue un bonito proyecto.

 

Otro día en una junta de trabajo nos citó para el siguiente día en el ejido Rodolfo Campodónico que era al que él pertenecía y donde vivían sus papás y su familia. El ejido tiene algunos kilómetros de playa. Cuando llegamos varios ingenieros, técnicos y yo, nos llevó a un lugar del ejido cercano a la playa y en el que con la marea alta entraba el agua de mar formando un estero natural. Nos metimos al lodo y recorrimos todo el lugar mientras Rafael nos explicaba que ahí se haría una granja de cultivo de ostión y más adelante se ubicaría una de cultivo de camarón. Abrimos tremendos ojos y no faltó quien dijera “¿Y con qué ojos?”. Rafael soltó una carcajada y dijo:

___Ahora que estuve en México le platiqué la idea al Secretario de Pesca y de entrada me dijo que contara con su apoyo. Ya lo platicamos aquí en el ejido y pues le vamos a entrar.

___Pues hay que hacer el proyecto ejecutivo –dijo uno de los ingenieros.

___Pues si, por eso los traje – dijo Rafael con una sonrisa picarona – y tiene que ser rápido para que pueda entrar en el presupuesto del próximo año.

Unas semanas después, nos fuimos a Puerto Peñasco a conocer y recorrer una Planta de harina de pescado que le estaban ofreciendo en venta y que consideraba sería buen negocio para la Unión. Había que pescar grandes cantidades de sardina y otras especies y convertirla en harina de pescado que se vendería como alimento para ganado y otras cosas. Ya estando ahí alguien le dijo que lo mejor sería tener barcos propios, de esa manera se bajarían costos. Los ojos le brillaron, volteó a verme y me dijo:

___Miguel vamos a tener que capacitar a hijos de ejidatarios para que aprendan a operar y tripular barcos sardineros y camaroneros.

Con esos proyectos mas la operación normal de la Unión de ejidos, sobraba trabajo para todos. Así nos entretuvimos hasta fin de año; cada vez que se concluía un proyecto ejecutivo, se preparaba todo el paquete de información, planos, corridas financieras,  gráficas de mercados, impacto social, etc. Y se le entregaba a Rafael para que se fuera a tocar puertas para conseguir recursos. El camino que seguía era el normal:

Visitaba primero al Secretario de Agricultura del Gobierno del Estado, dependiendo de su respuesta, el siguiente paso era el Gobernador del Estado, e igual, si no veía mucho entusiasmo, se arrancaba a México y visitaba a los Secretarios que hubiera que visitar. No pedía nada regalado, ni apoyos ficticios o cosas por el estilo. Todo estaba basado en proyectos reales, posibles y financieramente sustentables y autosuficientes en el mediano plazo. Esa era la diferencia, entre él como líder social y otros liderazgos; esa era la diferencia entre la unión de ejidos LEA y otras organizaciones similares. Nadie quería que aquello se fuera por el caño y quebrara, ni siquiera lo pensábamos, al contrario, se trataba de tener éxito y de convertir a los ejidatarios y sus familias en familias, no ricas, pero sí sin carencias. Además la influencia económica de la LEA en la región, era enorme, representaba un porcentaje alto de la actividad económica.

Rafael convencía a los altos funcionarios publicos federales para que visitaran Caborca y la Unión de Ejidos. Así fue como se tuvo la visita de Eduardo Pesqueira, Secretario de Agricultura, de Toledo Corro Secretario de Pesca, al Director de Banrural, el director de Serfin, diputados y senadores, varios. Muchas de esas giras eran concertadas sin que el Gobernador del Estado interviniera para nada, en algunas sólo se le avisaba y se le invitaba. Obvio esto causó malestar. Había sentimientos y comenzaron los rencores pues pensándolo bien “¿Quién era Rafael Muñoz para brincarse al gobernador”? En ese tiempo y circunstancia (1983) era casi casi “Traición a la patria”.

Yo lo que puedo confirmar, como coordinador de la organización de la mayoría de esas giras, es que siempre se cuidaron las formas, involucrando en la gira y en la agenda a las autoridades estatales y municipales, a otras organizaciones y a otros líderes campesinos, sociales y políticos. Me tocó trabajar cercanamente con los secretarios particulares  y con las avanzadas de esos personajes y siempre había temas, recorridos, invitados, tiempos, reuniones, etc. Qué negociar.

En febrero de 1984, se me ocurrió comprometerme en matrimonio para casarnos en Junio de ese mismo año. Asi es que además de todo lo que ya comenté, había que agregar otro proyecto a mi cargo: El proyecto de matrimoniarme.

No voy a narrar a detalle los acontecimientos que vivimos entre enero  y junio 15 de 1984, día de mi boda, porque no es mi intención hacer una historia de la Unión de Ejidos. Si deseo que se entienda cómo era, cómo pensaba y cómo actuaba una persona que en el lapso de año y medio tuvo un profundo impacto en mi vida y marcó mi futuro como persona y profesionista y también el de mi esposa.

Conforme el tiempo transcurría en el primer semestre de 1984, mi influencia para con Rafael creció y su confianza de él hacia mi fue exponencial. Por su boca fui conociendo a detalle asuntos delicados, asuntos confidenciales. Conocí a sus padres y estuvimos varias veces en el Ejido tomando café con ellos como si no tuviéramos nada más que hacer. Conocí a su esposa y a sus hijos, a sus parientes cercanos y muchos de ellos cuando no podían hacer contacto con él, me buscaban a mi.

El año próximo, 1985, sería año de elecciones a Gobernador y Diputados en Sonora, por lo que 1984 debería ser año de definiciones. Se comenzó a mencionar en columnas periodísticas a Rafael como posible Candidato a Diputado local y en otras para diputado Federal. Sólo se reía y decía

___Yo no soy político, el día que me meta a eso, será porque ya me enfadé de lo que hago jajajajaja. Y más se rió cuando le dije un día,

___Pues si tu no eres político, yo soy extraterrestre.

___ jajajajaja ándale!! Así me siento a veces – me dijo—como que no encajo en ciertos ambientes, pero tengo que hacerlo por mi gente.

___Ajá – le dije—lo mismo dice Fidel Velázquez.

___Jajajajajaja no hombre, no me imagino de traje diario y sentado 6 horas oyendo discursos. Mira, el otro día fui a la Cámara con el Diputado Castillo Peralta (Ricardo, muy amigo de él y diputado federal por el Dist. 1, San Luis Río Colorado.) y no le aguanté ni media hora, me salí.

___Pero en serio Rafael ¿No te gustaría? ¿No crees que sería muy bueno para la Unión de Ejidos?. Si así, consigues lo que quieres imagínate de Diputado.

___No, no no –me respondió—hay mucho que hacer aquí todavía, si me meto a esas cosas, la unión se nos caerá a pedacitos. Si así, estando aquí, hay unos cabrones aprovechados que nos quieren fregar.

Fue la primera ocasión que lo escuche mencionar algo así. Como siempre y como ha sido mi costumbre toda la vida, no pregunte nada más. Si él quería decir más lo haría. Y si nó, definitivamente no era algo que me incumbiera.

CONTINUA…