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PERSONAJES DEL PUEBLO

DIA DE MUERTOS

Por Miguel Mendez M.

Hoy es día de muertos en México, día de Todos los Santos Difuntos en el resto del mundo. En lo personal no he sido afectó a celebrar este día ni de una ni de ninguna forma. Desde niño me preguntaba porqué “el día de muertos”. Porqué los muertos deberían tener un día. No lo entendía, no me resultaban lógico, “si ya esta muerto” razonaba.

Acompañaba a mis padres al cementerio en Pitiquito, ese día. Mi papá subía en el pickup unos baldes con flores, bastantes flores, un balde vacío, una pala y unas Tijeras de jardín, de esas para podar. Yo creo que a mi me llevaban para no dejarme en la casa, porque no era una gran ayuda.

Me sorprendía y me causaba asombro ver tanta, tantísima gente en el cementerio. Aquel lugar, que normalmente estaba lleno de muertos y vacío de vivos, ése día estaba lleno de vivos, acompañados por muertos.

Para donde voltearas veías conocidos y amigos todos atareados limpiando las tumbas, lavandolas con agua y jabón, quitando la hierba de los lados, barriendo la basura, juntando las ramas, acarreando agua, regando y finalmente barrer todo y dejar reluciente el pedazo de marmol o cemento o tierra que señala el lugar donde “descansa” el familiar muerto. Uffff¡¡¡ que chambón sinceramente.

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Eso era lo primero. Después, seguía el saludadero a los vecinos de tumba, y las pláticas sabrosas, a veces a costa del difunto que estaba a sus pies y al que le estaban chaineando la tumba.

Y por último el rezo, mujeres de rodillas, hombres parados, rezando padres nuestros y aves marías hasta completar un rosario o un medio rosario y los que se sabían alguna oración para difuntos pues se recitaba también. Y muy importante, derramar una que otra lágrima, o ya de jodido, hacer pucheros. Porque si ibas y no rezabas, ibas y no llorabas, o ibas y no mostrabas algún sentimiento de dolor, pues entonces a qué ibas y darías de qué hablar a la gente.

“A quién quiere engañar la Rosa, si no se para en todo el año y ahora viene muy compunjida”

“Ay andan muy acomedidos los hijos de Carmelo, limpiando la tumba. Cabrones si ellos fueron los que lo mataron con tanto problema que le dieron, y ahora hasta lloraron jajaja”

Yo, un niño de 6, 7, 8 años, veía todo ello como si estuviera en otra dimension, como si yo estuviera en un mundo y el resto de la gente en otro. Así de raro, así de extraño, así de ilógico, se me hacía el Dia de Muertos. Nunca lo dije, pendejo nunca he sido, me lo guardé toda la vida.

Conforme fui creciendo, fuí entendiendo y comprendiendo, que ésta fecha forma parte del calendario de fiestas mexicanas y forma parte de la tradición y cultura de nuestro pueblo.

Entendí también que la mayoría de las personas guardan un recuerdo del familiar que murió y normalmente ese recuerdo es bueno y es amoroso, aunque el muerto o muerta haya sido un cabrón. Y que todos piensan “nada me cuesta ir a visitarlo un ratito al cementerio”.

Tuve una Tía a la que le encantaba este día, se preparaba con un mes de anticipación  y llegado el día nos pedía que la lleváramos con su cargamento de flores y ahí la dejábamos todo el día. Ella disfrutaba y era casi una ceremonia este día.

A mi, sinceramente, sigue sin gustarme. No termino de entender del todo que pedo con ésta fecha. Mientras la juventud se vuelve loca con las catrinas y las calacas, a mi no me causan gracia; los altares que se montan con comida, flores y fotos del muerto, no los entiendo, no les encuentro el sentido o el encanto. Y tampoco me gusta Halloween por si lo están pensando.

Táchenme de lo que quieran lo aceptaré. Díganme insensible, inhumano, sin sentimientos, loco, extraño, pendejo, raro, si, si, y si, seguiré pensando que el muerto muerto esta y que el muerto, hasta donde sé, ese si que no tiene sentimientos, y por lo tanto ni se va a sentir, ni va a llorar, ni va a sufrir, ni me va a echar una maldición porque no lo vaya a visitar. (Y si lo hace, entonces no me quería tanto el wey).

Ni tampoco creo que estén perdiendo el tiempo tooooda la eternidad para estar viéndonos por una ventanita a ver cómo nos portamos o a ver si los seguimos queriendo. Yo creo que bastante ocupados deben estar allá donde están, unos recibiendo almas, otros encaminándolas, otros enseñando lo aprendido, otros pagando las deudas y un etcétera enorme. A la mejor los que aquí fueron unos huevones, allá no se la acaban de chamba. Puede ser porque no?

Mi madre va a leer esto y dirá que estoy cometiendo sacrilegio. Pero es la realidad, así pienso, así siento y punto.

Así es que ya saben quienes deben saber. No esperen que vaya a visitarlos a sus tumbas o nichos. Les propongo mejor comunicarnos mentalmente, yo pienso en ustedes y ustedes me reciben y oyen, les prometo pensar cosas bonitas de ustedes. E igual cuando yo me muera, nomas piensen en mi récenme un padre nuestro y con eso basta, ni se molesten en buscarme en una fría pared llena de cuadritos y puertitas con places con nombres.

Enten?

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PERSONAJES DEL PUEBLO RECUERDOS Y NOSTALGIA

PUEBLO PARA RATO

Uno que ha sido más o menos pata de perro y que ha andado por varios lugares del país y el extranjero, puede atestiguar que la gente se asombra, se rie, se interesa y se intriga cuando preguntan, “¿De dónde eres?” y uno responde “De Pitiquito”.

Les cuesta trabajo pronunciar el nombre a pesar de no ser tan difícil como los nombres náhuatl de los pueblos del Estado de México, Hidalgo, etc.

“Piquetito”, Perriquito”, “Peluchito” “Picritito”,  dicen riendo cuando se refieren al pueblo. Yo siempre les he tenido mucha paciencia y pienso “ya lo diras bien, y sin reírte cabron”. Y sÍ, terminan aceptando el término y luego quieren saber más, dónde esta, que se hace, qué es lo típico, etc.

En mis correrías por el país, en los múltiples Congresos nacionales e internacionales en los que fui organizador y/o conferencista invitado, después de que me presentaban y leían mi curriculum, me pasaban el micrófono para iniciar la conferencia y siempre iniciaba diciendo mas o menos “Yo soy orgullosamente de Pitiquito, un pueblo en el desierto de Sonora… y de ahí me arrancaba para terminar hablando de modelos estratégicos, modelos de gestión y motivación etc.

En Venezuela y en Ecuador me preguntaban “De qué parte de México eres” y cuando les decía, abrían tamaños ojos y la siguiente pregunta era “¿Y donde esta eso?” y me soltaba hablando del desierto, de la frontera con Estados Unidos y del pueblo y su gente. Me escuchaban con atención y me miraban de arriba abajo como si estuvieran viendo un extraterrestre. Los más interesados me preguntaban cómo era la vegetación, cómo eran los cactus enormes que veían en las revistas y en la tele. Les hablaba de los sahuaros, les explicaba cómo sobrevivían, y cuánto tiempo vivían; les hablaba de las choyas, de el palo fierro, de el paloverde, de las pitahayas, etc etc. Y entre trago y trago terminaba dando una conferencia del desierto, su flora, su fauna, y sus habitantes. Para ellos, pegados al amazonas era tan exótico lo que les platicaba, como para mí la selva amazónica. Invariablemente el comentario final era “Que gran cultura la del pueblo de México, que cultura tan rica”. Y yo me hinchaba de orgullo.

Nunca he negado mis raíces, ni en mis trabajos de grandes corporativos en Monterrey, ni en mi universidad, ni en las reuniones de trabajo ni con grandes políticos o funcionarios. Yo he sabido de paisanos que dicen que nacieron en Hermosillo, porque les da vergüenza decir que en Pitiquito.

Yo he encontrado que es todo lo contrario.  Te abre puertas.

Es increíble pero en todo el país, y en serio, en todo el país en algún momento de mis estancias o recorridos me he encontrado taxistas, meseros, recepcionistas de hotel, cocineros, oficinistas, dueños de empresas, policías, y un etcétera enorme que o sus papás era de Pitiquito, o su tío fulano o el amigo mengano o el jefe de fulanita o el vecino de departamento, o el cliente de la semana pasada, eran o son o tienen un conocido en Pitiquito. Me he encontrado personas en Guanajuato que saben historias del Soteleño o en México una persona que sabia la historia del “Urge Tapón, río pelléndose” de Alonso Grijalva y que se lo había contado como chiste o charra a sus amigos.

Y cuando les digo que yo los conocí, quieren saber más, se ríen a carcajadas, se relajan, se abren, te aceptan y si eres abusado haces negocios fácilmente gracias a Pitiquito, al Soteleño, a Alonso Grijalva, Chu Lion, José Barrera y otros.

Asi es que, no hay nada de qué avergonzarse y si mucho de qué enorgullecerse. Lo que para nosotros es normal, para otros es extraordinario; lo que para nosotros es del día a día, para otras personas es rarísimo.

 En una comida en Monterrey hace unos pocos años, platicando con mis amigos de toda la vida, se acordaron que era de Pitiquito y quisieron saber  si había vuelto al pueblo. Cuando estaba en la escuela me daban carrilla y cuando regresaba de vacaciones decían ellos que yo llegaba al pueblo como en las películas, en tren y que todo el pueblo iba a recibirme con banda de música y la banda de guerra de la escuela. Sacaban risión y se doblaban carcajeándose dándome carrilla.

Bueno pues en esa comida tocamos el tema de Pitiquito de nuevo y les dije que si que había regresado, que incluso regresé a vivir ahí unos años y que iba muy seguido. Una pregunta llevó a la otra y terminé contándoles historias del pueblo y de lo feliz que era mi gente sin tráfico, sin las grandes empresas, sin los lujosos restaurantes, sin tantas cosas, pero que se tenían unos a otros y todos se conocen y todos se cuidan y todos saben la vida de todos y todos nos reimos de todos. Terminaron diciéndome, “Te envidio Miguel”.

Por eso yo digo que Pitiquito es un pueblo más mágico que los pueblos mágicos que no son otra cosa mas que una fachada para el turismo. En Pitiquito no hay fachadas, no hay hipocresías, no hay lambisconerías ni nos morimos si los turistas no llegan, nunca han llegado, nunca hemos vivido de ellos y cuando llega algún turista lo primero que pensamos  es “Pobre este gringo anda bien perdido”.

Es de los pocos pueblos “vivos” que quedan en Sonora. Cuando digo “vivos” me refiero a que no esta en el proceso de desaparición que ya iniciaron hace rato muchos otros pueblos autóctonos de Sonora, en los que cada año, en lugar de crecer, la población decrece, porque son más las defunciones que los nacimientos y porque muchas familias se van y abandonan los pueblos. Eso esta pasando en los pueblos del Río Sonora y en los de la sierra alta por el Río Yaqui. Así paso en España y hoy ese país esta lleno de pueblos vacíos literalmente, donde viven 10, 12 personas donde antes vivían 3 mil.

Esa es una de las magias de Pitiquito. Aún tenemos pueblo para rato.

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SOLEDAD Cuento corto

SOLEDAD

Cuento Corto.

 

 

El le dijo:

___¿Entonces qué, jalas?

Ella respondió:

___No

 

Hoy lo recordó porque vio pasar a su nieto, el de él, y pensó “podría haber sido mío”.

 

Desde que quedó sola, o sea desde siempre, solo habla consigo misma.

FIN

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“…USTED SIGUE LICENCIADO…” Capitulo V.

“… TE SACASTE EL PREMIO MAYOR SIN COMPRAR BOLETO JAJAJAJA….”

Al regresar de Nogales, esa noche fue la primera vez que le oculte no uno sino dos secretos a mi esposita. Para que entiendan las esposas que me leen, que a veces lo que uno oculta puede ser de vida o muerte y por eso se lo guarda uno. No podía decir nada de nada a nadie. No podía decir “Fíjate que a mi jefe lo amenazo fulano de tal, de muerte” o “ Pues con la novedad de que voy a tener nuevo puesto”.

Por eso los siguientes días no fueron fáciles para mi, sin saber aún que podría haber peores.

Tal como lo dijo, Rafael estuvo todos estos días en la ciudad. Aprovechamos el tiempo muy bien. La estructura de organización nueva quedó terminada, con nombres y todo y comencé muy discretamente a hacer los arreglos para la cena reunión donde se daría a conocer. Fijamos fecha para el 23 de julio.

También en esos días salían de vacaciones en las escuelas y Carmela la esposa de Rafael se fue con sus hijos al sur del estado, Obregón y Pueblo Yaqui y otros lugares. Entonces varios días aprovechamos y nos fuimos al ejido. Cuando me decía “Miguel, vamos al ejido”, ya sabía que se refería al Rodolfo Campodónico que aunque esta en la costa y con rumbo a Peñasco, vas y vienes fácilmente el mismo día.

Junto con otros habitantes del ejido, puedo decir que recorrí casi todo, desde los campos con vid, los pozos, el poblado y lo más bonito, las playas. En verdad, las playas del Campodónico  son vírgenes, hermosas, tranquilas y de una belleza impresionante. Enfrente esta la isla San Jorge, que no es mas que un peñasco que sale de en medio del mar y que esta permanentemente lleno de lobos marinos.

Hay una lengüeta de tierra que se interna en el már mas o menos un kilómetro y que tiene una anchura de unos 100 ó 150 metros. Cada vez que andábamos por alla, la recorríamos a pie y a Rafael le brillaban los ojos y le resplandecía el rostro imaginándose en voz alta lo que se podría hacer ahí turísticamente. Es tan atractiva y única, que de hace unos 20 años para acá, a la lengüeta esa le han salido más de cinco dueños y esta hoy empleitadísima y ha sido escenario de riñas con policías y todo. Cosa que seguro estoy, Rafael no hubiera permitido jamás.

Cuando íbamos “al ejido”, de vez en cuando llegábamos a otros que estaban en el camino: El Jesús García, La Almita, la Laguna Prieta, etc.

Aun con toda esa “distracción”, yo no dejaba de pensar en lo que me había confiado de las amenazas. Comencé a sentir un poco de miedo andar con él, pero no era cosa de dejarlo solo o echarme pa tras cuando probablemente más nos necesitaba a todos. Asi es que desechaba el miedo y seguía adelante.

Pero en mi fuero interno me machacaba la idea de ¿Qué tal si pasaba algo y por no decir nada, no se podía evitar? Me daba vueltas en la cabeza el que pasara algo y por no hacer nada antes, reprochármelo el resto de mi vida. No podía salir después con un “yo ya sabia”.

Y llegaba a la casa y comía y convivía y me iba a dormir como si nada pasara. Pero claro que pasaba y aquello iba creciendo dentro de mi. Algo me decía, “tienes que hacer algo, no te puedes quedar asi”. Pero otra voz me decía “no puedes traicionar su confianza, esta es una prueba”

En los siguientes días me quedó muy claro que debía tomar una decisión: O me quedaba callado y cruzado de brazos o provocaba que Rafael aceptara la vigilancia personal. Pero no sabía como hacerlo sin que aquello se convirtiera en algo obvio y desatara especulaciones.

Decidí hablar con algunos miembros del Consejo. Ellos serían los más adecuados para hacerlo entrar en razón. Rafael respeta sus opiniones y sus decisiones, en especial de dos de ellos.

Busqué un pretexto y los cite en la oficina a los dos. Nos encerramos en la sala de juntas y de manera concreta y sin alarma, les platiqué lo que pasaba. Me reservé el nombre del enemigo pero si les hice ver que no podíamos dejar a Rafael sin protección, que yo pensaba que lo mejor era que la protección viniera de los mismos ejidatarios, es decir, ponerle dos o tres ejidatarios que lo siguieran a todas partes en otro auto. Al final así nadie sospecharía, eso era totalmente común y normal, frecuentemente Rafael llegaba a los bancos u otras oficinas acompañado por varios ejidatarios. Estuvieron de acuerdo y me aseguraron que ellos lo platicarían con él.

Creo que se me quité un peso de encima… y se los eche a ellos obvio.

Yo pensé que el asunto lo tratarían solo los del Consejo con él, pero mi sorpresa fue que citaron a asamblea extraordinaria y eso significaba que estarían los representantes de todos los ejidos y el Consejo. Citaron en las nuevas oficinas que ya estaban casi a punto para cambiarnos y ya eran funcionales. No tengo la fecha exacta pero debe de haber sido el 18, 19 de Julio por la tarde.

En la asamblea se aprobó la nueva Estructura de Organización, se hablo de otros asuntos todos importantes y de verdad urgentes y ya en asuntos generales uno de los del consejo tomó la palabra y le pidió al Presidente del Consejo, a Rafael, que por favor les explicara los acontecimientos que sabían, habían pasado en su última visita a la ciudad de México.

Lo tomaron por sorpresa y el rostro le cambió, se le endureció momentáneamente, se echó hacia atrás el cabello que le caía en la frente y se paró diciendo “No es nada de cuidado, no tiene importancia”.

Relató los hechos con menos detalle de lo que me comentó a mi, trató de restarle gravedad pero los comentarios de varios fueron apabullantes. “Claro que era grave”, “claro que serían capaces de hacer eso y mas!!”, “no podemos dejarnos”, “es necesario ponerte protección”.

Se defendió como pudo, pero al final de cuentas quedó establecido en el acta de la asamblea un acuerdo en el que “la asamblea acuerda otorgar protección al compañero Rafael Muñoz Espinoza con carácter de urgente, en vista de los acontecimientos que han sido del conocimiento de todos….etc.

Juro que nunca hubo un comentario de Rafael hacia mi por ese hecho. Nada, ni un reproche, ni un reclamo, ni nada de nada. Siguió igual que siempre como si nada hubiera pasado.

Sinceramente yo si descansé y traté de convencerme que había tomado una buena decisión.

Me ordenó que siguiera adelante con la Cena reunión y que preparara los nombramientos de cada una de las personas, que debería ser firmado por el Presidente, Secretario y el Tesorero del Consejo.

Yo esperaba que en los siguientes días ya viera a los “escoltas” que se pondrían, pero pasaron los días y nada. Nunca supe, nunca le pregunté, pero sospecho que él maniobró para no aceptarlos o para retardar ese asunto, no lo se.

 

El 23 de julio como estaba programado se llevó a cabo la cena en el Hotel El Camino. Estuvo todo el personal de la Unión y al decir todo el personal es todo y los miembros del Consejo.

Rafael agradeció a todos su entrega, su esfuerzo y nos motivó a seguir adelante. Hablo de los resultados del año anterior, de cómo se visualizaba el presente año y de la visión que tenía de la Unión a futuro con todos los proyectos que estaban en cartera. Hizo hincapié en que  no quería “una Unión rica con ejidatarios pobres, sino una Unión exitosa con ejidatarios compartiendo y disfrutando del éxito”.

Presentó la nueva organización que recalcó, era indispensable para poner orden y definir las estrategias y poder hacer realidad las metas y ese futuro exitoso. Dejó claro que había sido aprobada por el Consejo y por la asamblea.

Me presentó como nuevo Coordinador General de la Unión de Ejidos LEA, mostró el nombramiento y dijo , “aquí traigo el resto – y mostró un folder – pero el Licenciado Méndez les hará entrega a partir de mañana y les indicará las nuevas funciones y responsabilidades a cada uno y comenzaremos con la nueva organización en una semana más a partir del 1 de agosto”

Habíamos decidido hacerlo asi para terminar con el cambio a las nuevas oficinas y ajustar detalles de operación y funcionamiento con algunas personas que sospechábamos no iban a aceptar los cambios, más que todo porque se les estaba restando autoridad o se les estaba quitando sus nichos de poder. Calculamos que en una semana ajustaríamos tuercas. Terminó la cena, recibí felicitaciones de quienes sabía las recibiría y no las recibí de quienes sabía que así sería. Pero ya lo teníamos calculado.

Llegué a casa y pude ya dar a conocer la noticia que me había guardado celosmente.

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Al siguiente día 24 de julio, el día se nos fue en sacar pendientes, en algunos nombramientos incluido el mío faltaba la firma del Tesorero del Consejo que por alguna razón no estaba cuando lo buscaron para que los firmara, y traté de buscarlo pero estaba fuera de la ciudad. Así es que no podía entregarlos sin su firma. En lo personal comencé a ordenar lo que estaba bajo mi responsabilidad para entregarlo a quien se haría cargo de esa función en adelante. Traté de no pensar mucho en que me había sacado la rifa del tigre, más bien traté de verlo como una experiencia más. De hecho, no se me olvida que cuando entré a la oficina de Rafael ese día me recibió con una carcajada y mirada pícara y me dijo:

___jajajajaja te sacaste el premio mayor sin comprar boleto jajajajaj. Felicidades!! –Y me dio un abrazo”.

Ese día estuvo en las oficinas el Profesor Osuna que era el maestro de la escuela del Ejido Campodónico a quien conocía yo bien y a quien Rafael estimaba mucho. Llegó a saludar y a decirnos que pues ya estaba de vacaciones y que no sabía qué iba a hacer todavía, si se iria a algún lado o se quedaría. Yo platiqué con él de varios temas, era buen conversador y leía periódicos y libros.

Más tarde me dijo Rafael:

___Oye Licenciado, mañana tengo un desayuno a las 8, pasa por mi  a mi casa, poco después de las 7 para que me acompañes, para que vayas viendo ya algunos asuntos que te va a tocar atender en tu nuevo puesto.

___Ok claro que si – le dije – ahí te veo en tu casa a las 7:30

 

Por la noche estaba terminando de cenar en casa cuando sonó el teléfono (No había celulares) y me dicen:

___Miguel te habla Rafael.

Tomé el teléfono y saludé. Me dijo:

___Miguel siempre no pases por mi mañana por favor. Aquí esta conmigo el Profesor Osuna y le digo que mientras esta de vacaciones pues que ande conmigo y me choferee pa que no se enfade.  El profe me llevará al desayuno y sirve que te quedas tu en la oficina para que vayas avanzando en todo lo que se viene.

___Ah perfecto, no hay problema Rafael. Qué hago con tu carro? – le pregunté porque yo me lo había llevado.

___Ah no te preocupes, me moveré en el de Carmela (Su esposa) acuérdate que no esta.

___Hecho, asi quedamos.

Y colgamos.

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PERSONAJES DEL PUEBLO

“…USTED SIGUE LICENCIADO…” Capitulo IV

“…HAY ALGO QUE QUIERO CONTARTE…”

Esos meses fueron intensos en cuanto a trabajo y proyectos por desarrollar. No es el objetivo de este relato platicar esos proyectos. Baste con decir que en ningún momento durante todo ese tiempo extrañé mi anterior trabajo de ejecutivo en los corporativos mas importantes de México, en ese entonces. Mientras allá  vestía de traje y corbata a diario, aquí andaba en jeans y botas; mientras allá mis relaciones eran con altos ejecutivos, acá eran con ejidatarios y gente de campo; mientras allá iba a los mejores restaurantes, acá era felíz en una carne asada debajo de un mezquite con una hielera al lado. Fui feliz porque estaba donde quería estar, con la gente que quería estar y haciendo lo que quería y lo que sabía hacer.

Para redondear mi felicidad, se acercaba mi boda, el 15 de junio de 1984. A mi novia la había conocido un año antes en una gira del gobernador Samuel Ocaña que había ido a visitar Caborca y se pasó a Pitiquito. Por alguna inexplicable razón se me ocurrió pasar por el lugar donde estaban recibiendo al gobernador en Pitiquito y como buen vecino mitotero, decidí estacionarme, me bajé y me acerqué al lugar.

Ahí estaba cuando salió un grupo de muchachas, de Caborca, a las que no conocía y “casualmente” se pusieron a platicar a unos metros de mi. Como estaba sólo, me acerqué, abrí platica y ella me respondió. Platicamos un rato, debo haber pedido teléfono y fue todo.

De ahí en adelante valió madre todo. Me apendejó, me embrujó a tal grado que un año después ya me andaba casando.

Asi es que tenía motivos para sentirme muy agusto. Los fines de semana los pasaba con mis amigos de toda la vida en mi pueblo, haciendo lo que sabemos hacer mejor: Sentarnos a platicar y a reírnos unos de otros, alrededor de una hielera y un asador. Ahí me ponía al corriente de los acontecimientos en el pueblo en la semana.

 

El cambio de oficinas de la Unión a las nuevas estaba motivado también por los problemas y diferencias cada vez más fuertes y cada vez más evidentes entre la Unión de Ejidos LEA y la ARIC ALIANZA. Esta última estaba en quiebra y era inminente que explotara la bomba.

Eran además, dos liderazgos enfrentados, uno con fuerza política en decadencia y el otro con fuerza social en aumento.

Todo eso lo sabía, lo conocía de primera mano y estaba consciente. Pero como siempre, no lo ventilábamos públicamente y lo manejábamos de manera confidencial. No es mi intención platicar de ello, en algún lado hay datos y hay publicaciones con la información, periódicos locales, estatales y nacionales, revistas como Proceso manejaron la información. Quien quiera saber más que consulte esas fuentes.

Con las nuevas oficinas estaríamos un poco más “cómodos” físicamente y estableceríamos una raya clara entre ambas organizaciones.

 

Yo me puse a trabajar para dejar lista la nueva organización lo más pronto posible. No era fácil, era mucho trabajo. No era nada más diseñar un organigrama, eso cualquiera lo hace, había que trabajar en lo siguiente: Manual de políticas y procedimientos de la Uníon (No existía), Reglamento Interior de Trabajo (Tampoco existía), Funciones y responsabilidades de absolutamente todos los puestos, los nuevos y los que quedaran, tabulador de sueldos, manual de incentivos y prestaciones, etc. Etc.

Conforme avanzaba, cuando había oportunidad nos encerrábamos Rafael y yo y le mostraba los avances. Hacíamos correcciones, me aprobaba algunas cosas, cuestionaba otras. Juntos fuimos delineando los perfiles de las personas adecuadas para cada puesto. No era la idea traer gente de fuera salvo que fuese absolutamente necesario. Rafael quería que en la medida de lo posible contratáramos profesionistas hijos de ejidatarios o personas de la región. No era sencillo encontrarlos. La nueva organización estaría conformada por tres grandes áreas: Division Agro-Industrial, División Pesca y División de Admón y finanzas, cada una con un Gerente General con su propia estructura hacia abajo. Todo sería dirigido por un Coordinador General de la Unión de Ejidos Lea, dependiendo directamente del Consejo de Administración, con funciones, obligaciones y derechos perfectamente definidos. Con los controles necesarios para que no se repitiera el penoso caso de fugas o ventas fantasma.

Así es que tenía chamba para rato y a ello me dediqué las dos primeras semanas de junio, además de los asuntos, pendientes y cosas adicionales que Rafael me encomendaba. A veces era más Secretario Particular que otra cosa.

El 15 de Junio de 1984 me casé y al siguiente día salí de viaje de bodas por 10 días nada más porque no alcanzaba para más. Para el 26, 27 de junio me estaba reintegrando al trabajo y a seguir con el proyecto de la nueva organización.

A principios de julio Rafael se fue a la ciudad de México por casi 10 días, así es que eso me permitió avanzar más rápido para concluir, pues como él me había dicho, me encerraba en su oficina a trabajar. También atendía un que otro asunto que la Secretaria consideraba que debería atender y ver yo o que alguien del consejo de Administración me encomendaba.

Los miembros del consejo traían también bastante carga de trabajo. La planta de Puerto Peñasco requería de su atención, los barcos ya en operación; la cosecha de uva industrial para vino estaba en todo su apogeo y como estaba siendo un año extremadamente lluvioso, había preocupación por la cosecha de pasa que ya estaba tendida al sol en los campos; la aceituna no venía  bien, algo pasaba que los olivos tiraban la flor o no maduraba bien el fruto, etc. Etc.

Aunado a eso la efervescencia política estaba subiendo de tono. Ya se manejaban listas para diputaciones y se hablaba de un espacio que la CNC tenía reservado para la Unión de Ejidos pues le tocaba, ya que en esos momentos la diputación local era ocupada por Fidencio Hernández líder campesino de otra organización muy fuerte, entonces se decía que por primera vez le tocaría la LEA y el candidato obvio era Rafael Muñoz. Como Rafael no se ocupaba del tema ni le quitaba el sueño, pues a nosotros tampoco y no nos dedicábamos a grillar pudiendo hacerlo. La línea era de trabajar y sacar los pendientes.

 

Unos días después cuando Rafael regresó de México, debe haber sido 12 ó 13 de julio, me dijo:

___Miguel mañana quiero ir a Nogales a ver a (Omito nombre, era un empresario fuerte de Nogales) y me gustaría me acompañes, ¿Puedes?

___Si claro – le dije—a qué hora salimos.

___Después de desayunar – me respondió. lo cual significaba antes de las 8 de la mañana.

Al día siguiente nos vimos en las oficinas y salimos rumbo a Nogales. Yo iba manejando y lo noté más serio y reservado que de costumbre. Pero también inquieto. No dije nada, sabía que si algo había y debía saberlo, me lo diría.

En Santa Ana llegamos por un café y me dijo que él manejaría hasta Nogales. Cambiamos lugares y seguimos platicando de asuntos normales.

Pasando Magdalena me dijo:

___Hay algo que quiero contarte.

Lo sabía— pensé – algo trae este.

___Mira Miguel – me dijo—esto es algo que te pido por favor se quede solo entre nosotros. No lo platiques y mucho menos a nadie del Consejo. No pasa nada, pero quiero que lo sepas.

Todos estos años me he preguntado mil veces ¿Porqué Rafael? ¿Porqué querías que lo supiera? ¿Querías que hiciera lo que hice o simplemente querías desahogarte?

___Ahora que estuve en México –me dijo—una noche sonó el teléfono del cuarto del hotel, ya era tarde, me desperté asustado y respondi. Era una voz de hombre y me amenazo de muerte. Me dijo muchas cosas, que no vale la pena repetir, pero me insistió que me iba a llevar la chingada, que ya estaba decidido.

No supe que responder de momento. Me quedé mudo del asombro. Yo.

___Pero no te preocupes –continuó—no pasa nada, no van a hacer nada, no son tan hombres estos traicioneros hijos de su madre. No se van a atrever.

___Pero Rafael – alcancé a responder – eso es muy grave. Cómo que no me preocupe!!!

___ No – me dijo—no harán nada, te digo que no son tan hombres. Ya se quien es.

Y yo mudo sin saber qué decir.

___Al siguiente día –continuó contando—le hable al General X, te acuerdas? Mi amigo el del Estado Mayor Presidencial. Le platiqué lo que había pasado y se puso a investigar. Ese mismo día recibí otra llamada citándome en un restaurante al siguiente día yo solo, les dije que si que iba a ir. Le hable al General y me dijo que si que fuera, que ellos estarían ahí.

___Y qué paso, fuisteee?? No chingues Rafael.

___Si si fui, pero no se presentó nadie, te digo que son unos cobardes poco hombres.

___Pero si sabes quien esta detrás?

___Si, el General investigo las llamadas y no se bien cómo le hizo, pero si me dijo quien estaba detrás de las amenazas. Es fulano de tal (Omito el nombre).

___No chingues!! –casi grité – Cómo puede ser?

___Por eso te digo que no lo comentes – me dijo-

___No – le dije – no estoy de acuerdo, esto debe saberlo el Consejo y debemos ponerte vigilancia, escoltas.

___No Miguel, nunca he traído guaruras, menos ahora, van a pensar que de verdad les tengo miedo y no les tengo miedo para nada.

El resto del camino hasta Nogales conversamos poco. Me cambió la platica a lo del proyecto de la nueva organización.

Estuvimos en Nogales unas tres horas. Vimos a la persona que íbamos a ver. Terminó la reunión y agarramos camino a Caborca de regreso.

Fue cuando me soltó la segunda noticia del día. De por sí no podía dejar de pensar en lo que me había revelado unas horas antes. Me dijo:

___En los próximos días no tengo agendado viaje, me voy a quedar en Caborca, a ver si aprovechamos para irle poniendo nombres a cada puesto de la estructura nueva.

___Si esta bien –respondí – ya tengo algunos nombres que quiero proponerte. ¿Tu has pensado en algunos?

___Tengo varios – me dijo – pero ya decidí el de Coordinador General.

___Ah que bien, ese es uno de los que no tengo, porque creo que debe ser decisión del Consejo de Administración – le dije – al final de cuentas va a trabajar muy cercanamente con el Consejo y debe haber un buen entendimiento, además debe ser negociador y con mano firme.

___Exactamente y con muchas ganas de hacer cosas nuevas y de toda la confianza.

___Andale ¡! – le confirmé – pero precisamente por eso se me dificulta ponerle mono al cuadrito del organigrama jajaja.

___Jajajajaja – se rió – y precisamente por eso a mi no me costó  ningún trabajo decidir.

___¿Y puedo saber quién es y de donde viene? – le dije.

___Se llama Miguel Méndez y viene de Pitiquito, jajajajajajajajaja – respondió con una carcajada.

De nueva cuenta me quedé mudo  y sólo alcance a decir:

___ No me chingues Rafael —yo no, yo no…

___Claro que puedes ¡! –me interrumpio – no tengas miedo, jajajajaja, parece difícil pero no lo es tanto.

Mi cara en verdad debe de haber sido de espanto.

___Mira como estas, jajajaja – me dijo – parece que al que amenazaron ahora eres tu, jajajaja. Que ¿No aceptas?.

___Pues es que me lo sueltas asi de sopetón, no sé qué decirte. Es un puesto de mucha responsabilidad, me voy a echar encima a todo el alacranero, si así me grillan a cada rato.

___No te preocupes, yo estaré atrás. El consejo lo va a aprobar no te preocupes, ya les adelanté algo y están de acuerdo. Si, te va a tocar correr a todos los cabrones, pero no es algo que no sepas. Tienes carrera, te has movido en niveles altos, puedes sentarte a negociar con cualquier Director de banco o con cualquier político. Necesito que me ayudes Miguel. Ya en serio.

___Pues me siento muy honrado –conteste ya mas calmado – cuenta conmigo, pero no lo creeré hasta ver el nombramiento firmado por el Consejo jajajaja.

___Si, asi va a  ser. Por eso no quise ponerle al puesto Director General sino Coordinador General, porque al principio tendrás mucho el apoyo nuestro, como coordinando acciones. Pero ya después cuando hayas fumigado y hayan corrido las ratas, entonces ya le llamaremos Director General de la Unión de Ejidos LEA. ¿Qué te parece?

___SI, bien… –alcancé a decir.

___Lo mantendremos en secreto. Yo lo llevaré al consejo. Y prepara una reunión para dar a conocer la nueva organización y entregar los nombramientos, más o menos para dentro de 10 días. Organiza una cena y que vayan todos, para todos será sorpresa.

___Oka Rafael, esta bien.

 

De nuevo Rafael no sabes cuantas veces desde ese día me pregunté ¿Por qué yo? ¿Porqué si era un chamaco de 27 años recién casado, al que conocías apenas poco más de un año y medio, me diste esa responsabilidad? ¿Estaba listo? ¿Era parte de tu plan para irte retirando y meterte a la política? Ufff!! Mil preguntas.

CONTINUARA

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“…USTED SIGUE LICENCIADO…” Capitulo III

“…AQUÍ HASTA LAS LAGARTIJAS TRAEN TENIS…”

La gira de Eduardo Pesqueira, Director de Banrural, fue muy apresurada como todo lo que hacia  “el gordo Pesqueira” como le decía Rafael. Fue apresurada y atrabancada, no por nosotros, que estábamos encantados de recibirlo y mostrarle físicamente lo que Rafael le había platicado en innumerables ocasiones en su oficina en la ciudad de México. Después de todo Banrural era el banco de primer piso de la LEA; y de segundo y de tercero. Banrural tenia en cartera casi a toda la Unión de ejidos LEA. Aunque cada ejido era apoyado en forma independiente, al final de cuentas tenía detrás el aval de la Unión. La producción de pasa era entregada a la Unión, la de trigo también, la uva de mesa la exportaba la Unión, la de vino, se entregaba a Domeq o a Vergel y más tarde a la ARIC ALIANZA que había comprado la planta a Vergel precisamente.

Rafael convenció al Gordo Pesqueira a que viniera a Caborca en su ultima visita, pues le estaba pidiendo apoyo para la perforación de 35 pozos de agua salobre que se necesitaban para la granja de camarón que se había proyectado. Se perforarían en la costa. El Gordo Pesqueira acepto, y le dijo “la próxima semana, el martes te caigo alla”.

Rafael me llamó de la ciudad de México para darme la noticia y darme instrucciones de que comenzara con la organización de la gira y me pusiera en contacto con el Secretario particular de Pesqueira. Asi es que tuvimos escasos 6 días para organizar todo.

Eduardo Pesqueira en verdad era GORDO. Debe haber pesado unos 180 kilos fácilmente pues además era alto de estatura. Sumamente simpático, campechano, agradable, gritón, pachanguero, gente de pueblo. Llegó acompañado de su hija de 18 años. Preciosa, güera, cabello lacio largo que brillaba con el sol y muy bonita y agradable. Aguantó toda la gira incluso la visita a los ejidos de la costa con un sol arrasador.

Todo salió muy bien. La ultima parte de la gira era la visita a las instalaciones de la LEA. Recorrido por la procesadora de pasa, la despepitadora, silos, almacenes y planta de aceite de jojoba. Esta última era en realidad un pequeño molino que hacia eso, moler la jojoba que se echaba en greña; molía el fruto y le extraía el aceite que escurría por unos rodillos hasta un recipiente donde se acumulaba. Era aceite puro, brillante, color ambar y sumamente pegajoso.

El Gordo llegó, se paró enfrente del molino con su hija al lado. Mientras alguien le explicaba todo el proceso desde la recolección a mano de la jojoba en el desierto hasta llegar ahí, el gordo se comenzó a mover, se acercó al recipiente donde caía el aceite y le hablo a su hija que se acercara. Ella muy obediente se acercó, y el gordo, metiendo las manotas al aceite le dijo: “Mira hija, este aceite es buenísimo para el cabello, lo deja brillante y no se te cae” sacó las manos llenas de aceite y se lo untó a su hija en el cabello, todo. Nos quedamos todos mudos sin saber qué hacer y el gordo soltó unas carcajadas estruendosas, se le movía la panza de arriba abajo y su hija… su hija en un solo llanto. El cabello era un solo mazacote. Las secretarias de la Unión se la llevaron corriendo al baño de mujeres y ahí le lavaron el cabello y le quitaron lo más que pudieron de aquella masa como de chapopote pero color ámbar. La salida del avión se retrasó por ese motivo más de una hora. No podían quitarle el aceite. Pobre. Le pusieron una pañoleta en la cabeza y la subieron al avión. Creo que a ella no se le debe de haber olvidado nunca en su vida Caborca.

Toledo Corro como ex Gobernador de Sinaloa, conocía bastante de Sonora y conocía bastante de la organización ejidal, así es que cuando Rafael le presentó el proyecto de la planta de harina de pescado ubicada en Puerto Peñasco, le encantó la idea, sobretodo porque significaba una diversificación de la economía de los ejidos que eran tradicionalmente agrícolas. Rafael le dijo que para que el proyecto fuese un éxito  se necesitaba adquirir dos barcos sardineros de segunda y que ya estaban localizados en Puerto Peñasco uno y en Guaymas el otro. Era una millonada de pesos. La magia de Rafael actuó de nuevo, se consiguieron los apoyos. La planta estaba en producción cuando se compro, se le hicieron sólo unas pequeñas modificaciones al proceso de producción, se instaló equipo más moderno y a producir harina.  Sin embargo había que hacer una inauguración y quien mejor que el Secretario de Pesca para que inaugurara.

De nuevo me tocó organizar la gira y para ello fueron casi tres semanas de negociaciones con el Gobierno del Estado, el Presidente Municipal de Peñasco, el de Caborca, las cooperativas pesqueras, las armadoras, las plantas privadas, etc etc. Todos querían que el Secretario de Pesca los visitara, todos querían sus 5 minutos de fama estando cerca del Secretario. Entre el Particular del Secretario y un servidor organizamos todo. El Particular de Toledo Corro era un muchacho joven de mi edad, yucateco muy simpático. Hicimos click inmediatamente. Una semana antes de la gira me fui en vuelo privado a recogerlo en el aeropuerto de Hermosillo y de ahí volamos a Puerto Peñasco. El no sabía nada de Peñasco, ni conocía ni había oído hablar de ese lugar. De todos modos, como era playa, venía preparado con su traje de baño. Yo no, porque supuestamente íbamos a trabajar en los últimos detalles de la gira. Cuando llegamos y vio lo que vió, es decir, lo que había en ese entonces me dijo:

___Puta mare—con el acento Yucateco—aquí hasta las lagartijas traen tenis!! Que puto calor!!. Yo sólo solté la carcajada, era abril aún no empezaba el calor. Lo que si, nos tocó una colita del Springbreack de los gringos y cuando menos eso le gustó.

Si le metimos muy duro toda la semana y el Presidente Municipal y los cooperativistas no fueron hueso fácil. Querían imponerse y hacer la gira a su conveniencia. Al final tuvimos que recurrir a la estrategia que no queríamos, pero no quedó de otra:

___Mire Señor Presidente, la gira no es suya que le quede muy claro. El Secretario tiene contemplados unos apoyos extraordinarios para la cooperativa tal y otro apoyo para la cooperativa x; pero es muy sencillo, saliendo de aquí, le hablamos y cancelamos los apoyos, y no hay visita a la cooperativas y no hay evento para ustedes. Pero eso si las cooperativas van a saber porque y gracias a quién perdieron los apoyos.

Ya de ahí, todo fluyó y hasta escoltas quería ponernos, lo cual rechazamos.

Uno de los empresarios mas fuertes en ese momento en Peñasco, dueño de un astillero y del que me reservo el nombre, nos prestó una camioneta Blazer doble tracción de modelo reciente. En esa nos movimos toda la semana. Llegó el fin de semana y el Yucateco quiso salir a dar la vuelta a la playa y no sé cómo lo dejé manejar. Resultado: nos quedamos embancados, con la arena hasta el diferencial, en la playa donde había más gente y enfrente de todo el mundo. Y lo más penoso del asunto es que quien nos sacó de ese atolladero fue el mismísimo dueño de la camioneta, que de casualidad iba pasando por ahí y vió su camioneta hundida hasta el tope. Me moría de la pena, y el Yuca tan campante sin entender del todo qué pasaba.

Dos días después estábamos movilizando 7 avionetas para ir a recoger al Secretario de Pesca y comitiva a Hermosillo y traerlos a Peñasco junto con Rafael. Fue un día de intenso trabajo en el que como cierre se tuvo la inauguración de la planta de harina de pescado de la Unión de Ejidos LEA.

Obviamente Peñasco no era lo que es hoy y vivía más de la pesca que del turismo.

En mayo de ese año, Rafael y un servidor hicimos un viaje por carretera a Hermosillo. Como siempre, platicamos largo y tendido. Era donde mejor y más a gusto conversábamos. Me platicó que unos meses antes se había detectado un lote de uva pasa de la Unión en California, que no había sido vendida por la Unión. Nadie fuera de él y el bróker que comercializaba la pasa en estados Unidos, sabían de ello, y ahora yo.

___No dijimos nada, nadie sabe, no comentes nada porque no queremos alertarlos a estos traicioneros—me dijo—les seguimos la huella y ya sabemos quienes son, cómo la sacan y cómo la venden alla.

Me quise caer pa tras. No me lo imaginaba.

___O sea se la están robando – le dije.

___Si  claro – confirmó—pero eso no es lo más grave. Lo verdaderamente grave es que es nuestra propia gente Miguel. Nos están robando de adentro, y eso sí me duele, es un abuso de confianza, una traición.

___Pues hay que poner la denuncia Rafael, pero ya— le dije.

Rafael era mucho más tranquilo, más tolerante y más cerebral que yo. Y con un corazón enorme.

___No — me respondió—no habrá denuncia, pobres familias al final de cuentas, qué culpa tienen. No habrá denuncia pero si es hora de hacer cambios ya la confianza se perdió.

Y me pidió que le preparara un nuevo organigrama. Me dio a detalle ciertos puestos y me platicó los cambios que quería hacer “no tengo aún a las personas”, me dijo, “pero si tengo muy claro cómo les vamos a poner un alto y cómo hacerle para que no se repita”.

De acuerdo a su visión, era prácticamente una reingeniería organizacional: Desaparecer áreas, crear otras, reforzar algunas, quitarle autoridad a otras, establecer controles aquí y alla.

___Trabaja en eso — me ordenó—pero hazlo muy confidencial, enciérrate en mi oficina cuando no esté yo. Se que andas en las últimas con tu boda así es que no urge, cásate, vete de luna de miel y cuando regreses ya lo vemos.

___ Pero falta casi un mes — le dije—es hasta el 15 de junio.

___Si, por eso, ve trabajándolo todo este mes, y me lo presentas cuando ya regreses y lo afinamos el proyecto.

La oficinas de la Union, oficina de Rafael, su secretaria, sala de juntas, oficinas de Técnicos, Desarrollo Social y la mía, estaban en el edificio de la ARIC-ALIANZA. Se compartía el edificio con ellos. Nosotros en la planta baja y ellos en la planta alta. Había otro espacio pequeño para otra organización hermana que era Fruticultores Unidos, principalmente productores de durazno y manzana.

Nos empezó a quedar chico el espacio, asi es que por esas mismas fechas se adquirió una casa ubicada en otro lado de la ciudad, frente a las oficinas estatales de Agencia Fiscal, Registro Civil, Judicial del Estado y juzgados, por la calle 6 y Av. Q.  Se adquirió y se comenzó la remodelación  y adaptación para oficinas. Nos cambiaríamos todos los que estábamos en el edificio de la ARIC, para el nuevo. La Dirección General y lo administrativo seguiría en donde siempre, en donde estaba la procesadora de pasa.

Normalmente las oficinas estaban llenas todo el día, un día si y otro también había mínimo cinco Comisariados Ejidales que normalmente se dejaban venir a la ciudad de tres a cinco de los directivos para tramites y diligencias diversas en bancos, ferreterías, tiendas, etc. Y se iban a la Unión a tratar de ver a Rafael cuando estaba en la ciudad o simplemente a tratar algo con cualquiera de nosotros o a tomar café. Se hacían bola y a veces eran 25, 30 personas esperando o dando vueltas por las oficinas.

Casi todos caían a los cubículos donde estábamos el Prieto Rascón y un servidor que éramos vecinos de cubículo. Rafael quiso mucho a Rascón, como le decía él. Pocas personas aún hoy, no saben quien es el Prieto Rascón. Ya desde entonces era la persona más popular, dicharachera, bromista, cuenta chistes, carrillero que he conocido. Además, creativo, emprendedor, inventor, apasionado de su carrera de Ingeniero en Alimentos. Nada se le atoraba. Pisteador y pachanguero. Nos hicimos grandes compañeros y amigos de trabajo y por sus ocurrencias todo el día se escuchaban carcajadas en nuestro rincón.

En mucho gracias a el prieto Rascón, los ejidatarios nos buscaban, se sentaban con nosotros, nos contaban sus planes, sus proyectos, sus problemas, sus batallas, sus éxitos; de sus familias, del ejido, etc. Y confiaban en nosotros.

Eso nos ayudó a ir poniendo orden en las oficinas y tratar de desahogarle la agenda a Rafael, lo cual nunca pidió, pero si le agradó cuando se comenzó a dar cuenta que le quedaba tiempo para dedicarlo a otras cosas o reuniones importantes.

El Prieto y yo usábamos los carros personales para el trabajo. Yo iba y venia a Pitiquito todos los días. No nos quejábamos, pero Rafael se dio cuenta y un día me dijo “ve por favor que carro necesita Rascón para el trabajo y qué necesitas tu y cotícenlos por favor”. No nos dijo dos veces y antes de una semana ya habíamos encargado los carros que nos entregaron unos días después. Obvio, como es normal en estos casos, hubo envidias, hubo trabas, hubo comentarios y hubo grilla tratando de obstaculizar la compra.

Muchos de los asuntos que trataba Rafael de diario con los ejidatarios eran pequeñas necesidades, desde préstamos personales pequeños, hasta créditos con proveedores de la ciudad; otros mas importantes eran los problemas con los pozos, las bombas, los canales, la aplicación de agroquímicos a los cultivos, etc. Y otros más eran los refaccionarios con los bancos, pagos atrasados, comercialización de la producción, compra de equipo y cosas así.

De modo que cuando ciertas cosas las empezamos a resolver entre Rascón y yo, pues le cayó de perlas.

Rafael utilizaba tarjetas bristol para apuntar los pendientes con su letra de quinto año de primaria y también las utilizaba para autorizar ciertas cosas como entrega de efectivo en la planta, o entrega de productos, etc.  y esas tarjetas las firmaba y su firma era reconocida y respetada no solo en la unión sino en todo Caborca.

Salía muy seguido a Hermosillo o a la ciudad de México, normalmente un viaje al DF era de toda la semana; a Hermosillo dos días, a Mexicali o Tijuana dos tres días. Así es que tuvo que aprender a confiar en nosotros, a tal grado que cuando se iba a ausentar por varios días me dejaba tarjetas bristol, firmadas en blanco!! Por si se necesitaba. Aún creo que conservo algunas. Podría haber hecho lo que quisiera con ellas, eran como un cheque en blanco. Pero él sabía que no lo haría.

El Consejo de Administración que obvio era presidido por él como Presidente, eran en su mayoría personas mayores, ejidatarios, todos muy trabajados, muy colmilludos, excelentes personas, nobles y muy conscientes de lo que representaban. Conocí a todos en sus casas y en sus ejidos, conocí a sus familias de la mayoría. Los respetaba y si alguno daba una contraorden a algo ya autorizado por Rafael, respetaba su proceder y dejaba que las diferencias las arreglaran entre ellos. Se derrumbaron barreras y se abrieron y me dieron toda su confianza y apoyo  como se verá más adelante cuando les platique los eventos que viví. Aún hoy me parece increíble que esos señorones que desconfiaban de todo y de todos por todo lo que habían batallado y sufrido para tener lo que tenían, confiaran en un chamaco de 27 años.

CONTINUA..

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LA NOCHE QUE MARCO AL PUEBLO CAPITULO IV Y EPILOGO

Caminaron unas cuadras y luego ya se acabó el caserío. Se internaron en el monte y siguieron caminando. Se metieron al lecho seco del arroyo que bajaba del cerro y atravesaba el pueblo y lo siguieron hacia arriba. Era más seguro pues no tenía tanto obstáculo de piedras y arbustos. El Cantinero llevaba la pala y el Maestro llevaba “el bulto”.

Llevaban unos 15 minutos caminando y “el bulto” le comenzó a pesar, se le cansó el brazo como si llevara una carga de varios kilos. No comentó nada pero si le pasó “el bulto” al Agricultor y éste no notó nada extraño.

Caminaron unos 10 minutos más y salieron del arroyo y comenzaron a subir la falda del cerro, rumbo al norte, para alejarse del camino, que pasaba por el puerto en el cerro de enfrente, el cerro picudo. Es decir, ellos iban rumbo al otro cerro.

Unos cien metros después, encontraron unos mezquites grandes y unas cinitas y pitahayas; había mucha hediondía también y choyas. Ahí les pareció buen lugar.

___ Aquí parece bien — Dijo el Ranchero – Cantinero usted trae la pala, pues usted empiece el hoyo ahí abajo del mezquite aquel. No muy hondo, con un metro es más que suficiente.

Era un terreno duro y pedregoso, sumamente difícil de escarbar. Los demás seleccionaron una piedra cada quien y se sentaron.

Prendieron una cachimba que de ultimo momento había tomado el Cantinero antes de salir. Eso iluminó un poco el lugar donde inició el hoyo.

Cuando el Agricultor se sentó se puso “el bulto” en las piernas. Unos momentos después sintió que se mojaba el pantalón y extrañado sacó los fosforos para prender un cigarro y a la vez ver que sucedía, porqué sentía mojado el pantalón. Como si la cabeza estuviera mojada. Sentía el paliacate empapado, pero mientras liaba el cigarro, pensó que era el mezcal que le habían echado a la cabeza, había escurrido por encima del paliacate y por eso estaba empapado. Sin duda eso era. Además la borrachera no lo dejaba pensar muy bien.

De todos modos, sentía las manos pegajosas, como que no era mezcal. Se levantó y acercó a la luz de la cachimba y descubrió la cabeza. Estaba el rostro casi cubierto de rojo. Le pasó un dedo y lo olió.

___A la madre!! –pego un grito a la vez que soltaba la cabeza – esta cosa esta chorreando sangre!!  Miren!!  ¡¡Y ya me jodió el pantalón!!  — y le dio una patada para acercarlo a donde estaban sentados los otros. La cabeza rodó y quedó en los pies del Tendero con el rostro hacia arriba. Como estaban mas o menos a unos 10 metros de donde estaba la cachimba, la luz no llegaba muy bien, solo penumbras. El tendero se agachó y extendió las manos para tomarla pero… pegó un grito y se levantó alejándose:

___!No, no puede ser! ¡Esta moviendo los ojos! ¡!Esta parpadeando!! ¡!Lo juro!! Lo juro!!

___Estas viendo visiones amigo Tendero – le dijo el Ranchero – los dos. Al Agricultor y a ti ya se les subió el mezcal. Será mejor que ya dejen de tomar amigos.

El Cantinero redoblo su esfuerzo al cavar; comenzó a dar paladas con más ímpetu y rápidamente comenzó a sudar a chorros. También él sentía como que se le erizaban los bellos de los brazos y de la espalda, pero calló.

___!!Calma amigos, calma!¡ — dijo el Maestro en voz alta – aquí lo que corresponde es no perder la compostura.

___No Maestro, ¡por favor!  –clamaba el Tendero – es verdad lo que digo, movió los ojos. Si no me cree, véalo usted mismo.  Y pateo la cabeza hacia donde estaba el Maestro.

Este se agachó, la tomó y se acercó a la luz y todos se arremolinaron a su rededor. La  sostuvo con la mano izquierda y con la derecha, lentamente comenzó a desenredar  el paliacate, todo sucio de tierra, hojarasca y sangre… quitó un lado y se descubrió el cachete derecho ensangrentado; con la mano temblorosa, quitó el otro lado con cuidado… La cabeza del Cristo tomó vida en sus manos y sus ojos se abrieron se movieron de izquierda a derecha y clavó su mirada en todos ellos…

La cabeza salió disparada de sus manos, del susto, y todos los cinco corrieron despavoridos unos metros. “No puede ser” “Ya nos cargó el demonio” “Es un castigo divino” eran las voces entrecortadas, que se oían. Respiración agitada, se frotaban los ojos como queriendo despertar de una pesadilla. De nuevo el Maestro intervino:

___ Compañeros, calma. Si, es verdad todos lo vimos, pero es solo una cabeza de madera, no puede tener vida propia, ni es cosa divina ni nada de eso. Lo que debemos hacer es terminar ya esto de una vez.  Hay que enterrarla ya.

Lentamente, con más miedo que ganas, se fueron acercando a donde estaba la cabeza. Estaba inanimada. Inmóvil. Como la habían viso siempre. Respiraron más tranquilos. Con los piés la comenzaron a empujar hacia el hoyo donde cayó.

Con la pala uno y con los pies los demás echaban tierra para taparla.

Lentamente al principio y después más rápido, la cabeza comenzó a moverse hacia los lados, como quitándose la tierra, como si estuviera unida a un cuerpo.

El Agricultor desesperado se le echo encima para tratar de detener el movimiento.

___!! Parate hijo de la chingada!! ¡!Párate demonio! – la tomaba con las dos manos y se le sacudía de un lado a otro.

___El Cantinero acertó a agarrar la botella de mezcal y le echo a la cabeza, que dejó de moverse momentáneamente. El Agricultor se incorporó, salío del hoyo y dijo “Prendan fuego, échenle un fosforo!!”

Se oyó un chasquido y se prendió un flamazo que atravesó el aire hasta caer en la cabeza que comenzó a arder. Se movía como si estuviera viva, los ojos se abrían y cerraban, sangraba de la corona de espinas a borbotones; le salían lágrimas de los ojos. El maestro tomó un palo y con él le pico ambos ojos fuertemente, varias veces, hasta que ya sólo quedó un hueco en donde estaban los ojos.

Un concierto de perros se comenzó a oir a lo lejos, perros ladrando, perros aullando, fue creciendo poco a poco, hasta que parecía que todos los perros del mundo ladraran juntos; aullidos de coyote muchos, se oian en los cerros.

Era un ruido ensordecedor. Se oían voces como murmullos, muchas voces, fue creciendo hasta parecer que un ejército estaba murmurando al mismo tiempo alrededor de ellos.

Asustados, histéricos, se movían de un lado a otro tapándose los oídos. “Qué es esto” “Qué pasa, quién viene” “Nos van a fusilar con seguridad”.

Voces, voces fuerte, aullidos de animales como si lloraran, aleteo de aves, como si fueran un millón de aves aleteando juntas, se oía el ruido.

El Tendero corrío a donde estaba ardiendo la cabeza y se paró arriba de ella y comenzó  a brincar como queriendo romperla y con ello acabar con eso. Salieron chispas, muchas chispas como si fuera una lluvia de chispas que se fueron juntando como remolino alrededor de ellos y luego se elevaron al cielo en la oscuridad de la noche.

Alguien tomó la pala y la comenzó a clavar en la cabeza hasta que se partió. A cada palada, los aullidos y los aleteos y las voces subían de tono, se oían con dolor, con sufrimiento.

Por fin el de la pala logró tapar con tierra lo que quedaba y gritó:

___!!Listo ya la enterré, ya vámonos amigos ya corran!!

Todos corrieron y atrás de ellos se oían las voces, miles de voces y solo se alcanzaba a entender “siempre malditos”. Aves negras como auras, cientos, miles, volaban detrás de ellos.

FIN DE LA HISTORIA -CONTINUA EL EPILOGO.

EPILOGO

 Cuando los hechos históricos no son muy favorables o son tristes o son de derrota para una sociedad, normalmente ésta, suele olvidarlos o hace todo lo posible por no recordarlos. Así sucedió con esta historia. Es real, los hechos ocurrieron, las personas existieron, pero a fuerza de ocultarlo como un suceso vergonzoso, terminó convirtiéndose en leyenda o en mito. Y como toda leyenda, hay varias versiones en las que varían los nombres de los protagonistas, o varía el número de participantes o varía la forma en que ingresaron al templo o lo que hicieron dentro. Lo que es constante y permanece en todas las versiones, es el hecho mismo, la profanación del templo religioso, la destrucción de imágenes, la sustracción del Nazareno y su quema y destrucción posterior.

 Las versiones varían también en la forma como murieron los protagonistas que es parte importante de esta historia. Pero lo que es constante es que todos tuvieron una agonía y muerte horrible, extraña, anormal y acorde con lo que hicieron y la participación que tuvieron.

Por ejemplo, se dice que quien le pico y sacó los ojos al Nazareno, murió ciego o casi ciego y viendo en su agonía cosas horribles.

Se habla de otro protagonista que cuando murió hacía mucho calor para velarlo dentro de la casa y sacaron el cuerpo al patio para velarlo. En pocos minutos el patio, las bardas, la casa, los techos de las casas cercanas, se llenaron de Auras (Zopilotes) cientos de ellas como no se sabía que hubiera en el pueblo. Y tuvieron que correr a sepultarlo.

Otro más se dice que murió ahogándose, sin poder respirar y que tuvo una larga y fea agonía en la que dejaba de respirar por momentos y luego volvía a la vida. Previamente había sufrido años de una especie de depresión, ausente, ensimismado, y oyendo voces.

 40 años después a finales de los 60s, Pitiquito seguía adelante, con dificultades, no tan rápido como hubiese sido lo deseable. Los viejos del pueblo atribuían mucho de lo que pasaba a que debido a esos acontecimientos de 40 años atrás, el pueblo había quedado marcado. No lo decían en voz alta, pero si lo pensaban y lo comentaban entre ellos. La historia era un secreto, a los niños no se nos contaba, si acaso la escuchábamos por accidente. Pitiquito era un pueblo estancado, no había fuentes de empleo, el agua se acabó, las acequias dejaron de correr, las huertas se secaron; si salías a estudiar no volvías. Varias familias salieron a otros pueblos con el correr de los años.

Dejo el relato a mi madre Isabel de Méndez:

“En 1967, 68, estaba muy enferma doña  Lolita de Ortega, mamá de Pancho Ortega y fui a visitarla. Platicando con ella, me dijo “No quiero morirme sin que se haga el desagravio de aquella ofensa tan espantosa y horrible”. Saliendo de ahí me fui pensando que era verdad, ya era tiempo de hacer algo y ese algo era reponer el Nazareno y hacer la ceremonia de Desagravio.

“Le platiqué a Licha Fontes de Duran y se entusiasmó igual que yo. Juntas comenzamos a investigar y a visitar a otras personas. Rápidamente hubo mucho entusiasmo en el pueblo y muchas otras mujeres comenzaron a agregarse, María Gamboa, Alicia Aguire, Ma. Teresa de Vidal, las Estrella, etc. Había que juntar dinero para encargar la imagen del nuevo Jesús Nazareno a la ciudad de México. Fuimos a Caborca con el padre González le platicamos, le encantó la idea y nos dio un mazo de llaves para que abriéramos las alcancías que estaban empotradas en las paredes en la iglesia. (Yo recuerdo ese mazo de llaves, eran muchas, más de cien de todos tipos, tamaños y formas). También nos mostró un catálogo de imágenes para que viéramos cuál era y pudiéramos encargarlo.

 “Pasamos todo un día probando las llaves hasta que logramos abrir las alcancías. Ese fue el fondo monetario de inicio, no era mucho pero ya teníamos algo. El nuevo Nazareno nos costaba 28 mil pesos en la ciudad de México. Hicimos muchas actividades y solicitamos apoyos a mucha gente. Se enviaron cartas a  personas del pueblo que vivían fuera. La respuesta fue excelente, con mucho entusiasmo colaboraron todos.

“Cuando completamos el dinero, se hicieron llamadas a la fábrica a México, se les explicó y se les envió información de lo que queríamos.

“Meses después, la imagen llego por tren, fuimos a la estación a recogerla tu papá y yo, la llevamos a la casa y… no era. No era la imagen que queríamos ni era la que habíamos encargado. (Le pido al lector se ubique en la época, 1968, mala comunicación telefónica y difícil, casi todo era por correspondencia). Hubo desilusión. Regresamos la imagen a México y nos regresaron el dinero.

“Yo sabía que en Altar había una imagen como la que queríamos. Un día agarre el pickup y me fui con una muchacha fotógrafa del pueblo (Supongo era la Carmelita Leon) y tomó fotos de la imagen en Altar. Esas fotos mandamos a México y ya nos respondieron que si lo tenían y que nos lo enviarían.

“Meses después llegó la imagen y se hicieron los preparativos para el DESAGRAVIO. Fue una ceremonia muy bonita con el Arzobispo y varios sacerdotes presentes, se cargó la imagen en procesión hasta el lugar en el cual se le había quemado y se había concluido el agravio. Ahí se hizo la ceremonia oficial. Fue un día muy feliz para el pueblo, un día de alegría. Para celebrar se hizo una comida afuera del templo a la que fue todo el pueblo”

NAZARENO2

 En lo personal recuerdo perfectamente ese día porque entre otras cosas ayude en los oficios como Acólito al Padre Alejando Valdivia. No se si sería casualidad, el signo de los tiempos que todo estaba cambiando, o sería karma, pero desde ese día en el pueblo se comenzó a respirar otro ambiente; comenzó el progreso en serio, buenas siembras, buen ganado, drenaje, pavimentación, escuelas, maquiladora, etc.

Lo que si estoy seguro es que éste es un suceso QUE NUNCA DEBERÁ REPETIRSE y aunque me tomé muchas libertades literarias y puse mucho de mi imaginación, la intención sana y simple, es dejar un mensaje a las nuevas Generaciones. No faltará quien diga que porque sacar estas cosas negativas en lugar de las positivas. No me importa. Ya las platicaremos. Solo los Pitiqueños sabemos la multitud de historias, personajes, cuentos, aventuras, etc. Que son y han sido el cimiento de nuestra formación. Por eso a veces no nos entienden en otros lados pero también por eso hay paisanos distribuidos por todo el mundo (Literal) deseando estar ahí, en el pueblo.

 

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ESCUELA PARA MUJERES II

Cuando en el pueblo se supo del regreso de Juanita, las visitas en casa no se hicieron esperar ya que se corrió la voz que había bailado con el Presidente y más aún que traía la autorización para la Escuela para Mujeres.

No era cualquier cosa la hazaña de Juanita. Situémonos en la época, en el momento. 1890 y tantos, México estaba prosperando aceleradamente con Porfirio Díaz en el poder: Grandes construcciones de arquitectura afrancesada estaban surgiendo en la Capital del país y en otras ciudades; el ferrocarril crecía aceleradamente gracias a que Díaz estaba concesionando tramos completos para que compañías extranjeras construyeran las vías y operaran esos tramos; se estaba dando gran impulso a la explotación del mar, la minería y la producción agrícola. El gobierno tenía una eficiente estructura de recaudación de impuestos a pesar de las distancias enormes y a la falta de caminos en buen estado. La sociedad, “la gente bien”, estaba más que conforme con el gobierno de Díaz, les iba muy bien, sus haciendas eran cada vez más ricas, la industria comenzaba a moverse gracias al vapor y al petróleo. Quien no estaba conforme era el pueblo, la clase baja asalariada y casi esclava de los hacendados. La desigualdad era enorme.

Pero en Pitiquito si bien es cierto no habían llegado todos esos progresos, si había “gente bien”, si había caciques dueños de tierras y ricos. Y también gente jodida.  Pero estoy seguro que había algo que los unía, que era el deseo de que los hijos fuesen a la escuela a la única que había, la Escuela para Varones. Y ahí se mezclaban ricos y pobres y hasta ahí llegaba la igualdad.

Juanita pertenecía a la familia Lizárraga Ortega. Gente bien, familia acaudalada para la época. Su padre Don Francisco Lizárraga era entre otras cosas Recaudador de impuestos para el Gobierno de Porfirio Díaz y cada cierto tiempo iba a la Capital a hacer entrega en persona, de lo recaudado. Imagínense atravesar todo el país en carruaje de bestias y después en tren, con una cantidad de dinero en efectivo encima.

Juanita por lo tanto no tenía necesidad de estudiar. Su vida estaba resuelta: A su debido tiempo se le buscaría un marido a su medida, se le daría una casa y a tener hijos y tan tan.

Pero en Pitiquito nunca se sabe que pasará. Nunca se sabe cómo van a terminar las cosas.

Cuando se supo lo de la Escuela para Mujeres, muchas niñas y muchas mujercitas de 13, 15 17 años, se alegraron y muy dentro de si, daban gritos de felicidad; no podían expresarlo abiertamente porque sus padres las regañaban; otras, las menos, se atrevían a decirle a sus padres que en cuanto estuviese lista la escuela, querían estar ahí.

Como era de esperarse – y como sigue sucediendo aún hoy a más de 100 años – el pueblo se dividió. El pueblo siempre se divide en los asuntos importantes, aunque al final, termina jalando pa donde mismo.

Los hombres, los jefes de familia en su inmensa mayoría se opusieron a la apertura de la escuela. Por ningún motivo dejarían que sus santas hijas acudieran a que les enseñaran “quien sabe que cosas que ni falta les hacen”. “Si así estamos bien, pa que le mueven al avispero”. Las mujeres, las señoras secretamente apoyaban a sus hijas y deseaban que ellas aprendieran lo que se les había negado.

 

En mi familia es famosa la historia de Tía Mónica, mi Bisabuela Paterna (Que dicen ya de grande fue tremenda) quien desde niña mostró su deseo de ir a la escuela, como sus hermanos. La familia de mi abuelo paterno vivía en la milpa “La Constitución” alejados del pueblo, en Zaragoza. Mi Tatarabuelo, el papá de Tía Mónica, se negó rotundamente y a gritos y golpes en la mesa dejó muy claro que por ningún motivo su hija asistiría a la escuela “eso no es para señoritas, es para varones nada más, asi ha sido siempre”.

Mónica tenía un carácter firme y era terca.  Siguió insistiendo y pidiendo asistir a la escuela. Hizo enojar a su papá, el cual furioso le dijo: “¡Si te atreves a ir a la escuela, te vas de esta casa, dejas de ser mi hija!!!”. ESTO SUCEDIÓ MUCHOS AÑOS ANTES DE LA ESCUELA PARA MUJERES.

Adivinen que paso.

No sé cómo pasó. En la tradición oral de la familia no recuerdo que se dijera cómo le hizo Tía Mónica para… IRSE DE LA CASA, LLEGAR AL PUEBLO Y ¡!ENTRAR A LA ESCUELA PARA VARONES¡¡  Calculamos que así debe de haber sido porque era la única que sabia leer y escribir.

En contra de los deseos de su padre, en contra de su autoridad, que para la época era tanto como deshonrarlo y exponerlo a la burla del pueblo.

Esas eran viejas diríamos ahora. Era tal su desesperación por conocer cosas nuevas, por saber más, por “conocer mundo”, que se fue al pueblo y con toda seguridad algún pariente debe de haberla acogido. Cuentan en la familia que ya señorita y mujer Tía Mónica fue muy vaga y sumamente dicharachera, platicadora, amiguera y con una inteligencia y picardía únicas. Se iba en carruaje de Pitiquito a Caborca a visitar parientes y amigos. O agarraba rumbo a Santa Ana, etc.

Estoy seguro que así como Tía Mónica varias mujercitas del pueblo deben de haber enfrentado las negativas de su padre para asistir a la escuela. Esas fueron LAS PIONERAS, son las que abrieron brecha, son las que demostraron que no pasaba nada, que seguían siendo tan mujeres como siempre y que podían igual procrear y criar hijos y formar una familia.

Ojala en algún lado, en algún archivo exista la primera generación de la Escuela para Mujeres para rendirles un homenaje a ellas y a Juanita Lizárraga. Fueron mujeres sin miedos y sin prejuicios.

Juanita a propósito, no se casó, siguó soltera toda su vida, siguió siendo “Señorita” (Asi decían en el pueblo a las quedadas). Murió de 104 años en la milpa al otro lado del río que ahora es propiedad de Luis Cañez.

Estos últimos datos y otros junto con la foto de Juanita Lizárraga que aparece arriba, con el vestido elegantísimo que uso para el baile con Porfirio Díaz, fueron proporcionados por Jorge Luis Lizárraga Barrios, sobrino Bisnieto de Juanita. Gracias Jorge y familia. Y se publica esta versión de los hechos con autorización de él, a pesar de las diferencias en las tradiciones orales familiares.

Si amplian la foto de Juanita que aparece arriba, podrán apreciar los detalles del vestido, de los aretes, pulseras y cadenas. No se puede apreciar de qué tema era el libro que tiene en la mano, pero se puede concluir que sabía leer!!